tag:blogger.com,1999:blog-57106962024-03-13T14:28:43.772-03:00El Blog de ElQuique(Yo también tengo un blog, qué moderno)Unknownnoreply@blogger.comBlogger62125tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-35643271488219085632015-05-24T23:09:00.000-03:002015-05-24T23:09:03.104-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (XV): Pradito<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicXRT4f-f5libj3BRjhm1kzFGnjq6ohXN6PVKD0ij1uaB7w3OIXYpnYElInhhy0jRLH0DHLCxOzAuZ8I5DwPufs07f_h4qMrez45dKnLG4k0an69k911NY9XVVGgDkWWd3YU4/s1600/FusilamientoPrado.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicXRT4f-f5libj3BRjhm1kzFGnjq6ohXN6PVKD0ij1uaB7w3OIXYpnYElInhhy0jRLH0DHLCxOzAuZ8I5DwPufs07f_h4qMrez45dKnLG4k0an69k911NY9XVVGgDkWWd3YU4/s320/FusilamientoPrado.jpg" width="230" /></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A pesar del
diminutivo, Pradito no era un hombre menor en ninguno de los sentidos de la
palabra. Se llamaba Leoncio Prado Gutiérrez y el apodo –Pradito- se lo puso su
primer jefe militar, el capitán Manuel Villar, para diferenciarlo de su padre,
Mariano Ignacio Prado, a quien de tanto en tanto le daba por ejercer la
presidencia de la república. A juzgar por la conducta que ambos tendrían más
tarde en la guerra del pacífico, el diminutivo le debió corresponder más bien al
padre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Era una época en
que no existía nada parecido a la adolescencia. A los nueve años, Pradito revistaba
en la Marina de Guerra del Perú y a los doce, combatió en la batalla del Callao
durante esa extraña contienda que enfrentó a España con Chile, Perú, Ecuador y
Bolivia por el honor y el dominio de los excrementos de las gaviotas. La
destacada actuación en esa batalla le valió a Pradito el reconocimiento de sus
jefes, pero también la amistad y el respeto de los militares chilenos que
combatieron a su lado. Era el año mil ochocientos sesenta y seis.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cuando terminó la
guerra volvió a la escuela, pero no duró mucho. En la primera (y única) escuela
laica del Perú –que curiosamente se llamaba “Nuestra Señora de Guadalupe”-
Pradito lideró una revuelta de estudiantes y fue expulsado. Su padre lo castigó
enviándolo a una misión exploratoria por el Amazonas en donde se perdió y casi
se muere.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En mil ochocientos
setenta y cuatro se alistó como voluntario en el ejército que pretendía liberar
a Cuba y, luego de algunos combates como soldado regular, pidió y obtuvo una
patente de corso. En República Dominicana simuló ser un pasajero en viaje hacia
Cuba y, literalmente, se robó el barco que lo transportaba. Era un vapor
español con dos cañones y sesenta tripulantes llamado “Moctezuma”, que Pradito
rebautizó “Céspedes”. Luego de algunas escaramuzas en el Caribe, debió hundirlo
–para no rendirse- frente a las costas de Guatemala.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Luego de ese
incidente, Pradito razonó extrañamente que para liberar a Cuba convenía empezar
por las Filipinas y allí se dirigió con un grupo de patriotas, pero el barco
que los llevaba naufragó en las costas de China y la empresa se frustró. Fue
entonces cuando estalló la guerra del Pacífico y Pradito debió volver a su
puesto en la Marina de Guerra del Perú y se destacó como jefe de un cuerpo de
torpederas en la isla del Alacrán. Poco después –ante la arrolladora ofensiva
chilena- lo destinaron a organizar un cuerpo de ejército encargado de la guerra
de guerrillas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El veintiuno de
julio de mil ochocientos ochenta, en Tarata, fue tomado prisionero y remitido a
Chile. Iban a fusilarlo (los chilenos no reconocían a los guerrilleros como
combatientes regulares), pero le conmutaron la pena capital por la de prisión en
atención a su actuación en la guerra contra España, en que Chile y Perú habían
sido aliados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Casi dos años duró
su prisión en Chile, al cabo de los cuales lo soltaron. La guerra estaba ya
prácticamente terminada (Lima ya había sido ocupada) y no valía la pena
mantener a esos peruanos prisioneros. Le hicieron jurar –eso sí- que no iba a
volver a tomar las armas contra Chile. Pradito juró muy solemnemente invocando
a Dios como testigo e infringió la promesa de inmediato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Regresó al Perú del
que su padre –casualmente el presidente de la república- acababa de huir
llevándose el tesoro. De inmediato marchó a la sierra a unirse a la guerrilla.
En la batalla de Huamachuco –mientras cubría la retirada desordenada de las pobres
tropas peruanas- una granada le astilló la pierna. Sus compañeros no podían
cargarlo y tuvieron que dejarlo escondido en una cueva. Allí lo encontraron los
soldados chilenos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Recostado en una
camilla en el campamento chileno, le informaron que iba a ser fusilado por
faltar a su promesa de no volver a empuñar las armas contra Chile. Pradito
respondió que cualquier patriota hubiese roto ese juramento absurdo. Pidió una
taza de café y papel para escribirle a su padre:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">“<i>Huamachuco, julio 15 de 1883. Señor Mariano
Ignacio Prado. Colombia. Queridísimo padre: Estoy herido y prisionero. Hoy a
las ....</i> (¿qué hora es? preguntó. Las ocho y veinticinco, le respondieron) <i>a las 8:30 debo ser fusilado por el delito
de haber defendido a mi patria. Lo saluda su hijo que no lo olvida. Leoncio
Prado.</i>”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Entraron a la
habitación dos tiradores, pero Pradito pidió que viniesen dos más. Les dio instrucciones
muy claras:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">- Ustedes dos, me tiran
al corazón; ustedes dos, a la cabeza. Disparan cuando dé el tercer golpe de la
cucharita en la taza. ¿Está claro?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-</span></b><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Sí, mi coronel –respondieron los
chilenos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pradito terminó el
café sin apuro y golpeó tres veces la taza. Aún no había cumplido los treinta
años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">ElQuique.<o:p></o:p></span></div>
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La Plata, 24 de mayo de
2015.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-50402928515311356662015-04-25T13:22:00.003-03:002015-04-25T13:24:04.162-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (XIV): Benjamín Argumedo<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilMVkrqiLNCIr3OP7iNGrHjr-Xz1kW0EiorTtegJC-VLtX8qcaKMcpCQbPA-UnxATugVCVcGFlkUM09pWygOj8FQQswMA-gt71cJ0Fhtj7Lypd_v2FbkkUNSDbeUwlq9d2-mI/s1600/Benjam%C3%ADn_Argumedo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilMVkrqiLNCIr3OP7iNGrHjr-Xz1kW0EiorTtegJC-VLtX8qcaKMcpCQbPA-UnxATugVCVcGFlkUM09pWygOj8FQQswMA-gt71cJ0Fhtj7Lypd_v2FbkkUNSDbeUwlq9d2-mI/s1600/Benjam%C3%ADn_Argumedo.jpg" height="320" width="183" /></a><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Todos los mexicanos
son valientes. Benjamín Argumedo era mexicano y valiente, lo que –para no
incurrir en un pleonasmo- quiere decir que era extraordinariamente valiente.
Era sastre en una hacienda ubicada en el estado de Cohauila cuando comenzó la revolución
y debió cambiar la aguja por el máuser. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A fuerza de coraje
y liderazgo fue haciéndose un lugar entre héroes y bandidos y llegó a dirigir una
de las fuerzas de caballería más eficaces de la revolución, que sólo se
comparaba con la caballería villista comandada por Urbina. La rivalidad entre
ambos era famosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="tab-stops: 79.5pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Tomás
Urbina decía<br />
al general Argumedo:<br />
--Pa' mí el amigo más fiel<br />
es mi caballo Lucero.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Se le imputan los
hechos más extraordinarios. Algunos, de una valentía honorable y romántica.
Otros, de la más infame crueldad inmisericorde. Se dice que ordenó la matanza
de trescientos chinos en la ciudad de Torreón en mil novecientos once.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Le decían “el Tigre
de la Laguna” y a sus hombres los llamaban “los colorados” porque usaban un
pañuelo de ese curioso color. También le decían “el resellado” por las
innumerables veces que había cambiado de bando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Argumedo había
combatido para Madero, para Orozco, para Zapata; pero también para Huerta, el
golpista contrarrevolucionario. Muchos no le perdonan que haya apoyado a
Huerta, pero ¿quién estará libre de pecado como para tirar la primera piedra?
Cuando le tocó el turno de morir, combatía contra Carranza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Se decía que era el
más valiente de los jefes revolucionarios, que ignoraba qué cosa era el miedo.
Un corrido lo pone en boca de Pancho Villa:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="tab-stops: 79.5pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Gritaba
Francisco Villa:<br />
--¿Dónde te hallas, Argumedo?<br />
¡Ven y párate adelante,<br />
tú que nunca tienes miedo!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En mil novecientos
dieciséis, enfermo y en retirada, fue aprehendido por las fuerzas constitucionalistas
del general Murguía. Lo llevaron a la cárcel de Durango. Sus captores no
querían fusilarlo y mandaron a pedir el indulto, pero las órdenes de Carranza
fueron implacables. Luego de un juicio más bien simbólico, fue condenado a ser
muerto por fusilamiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Murguía –quizás presintiendo
que él también sería fusilado allí mismo, en Durango, unos años más tarde- estaba
particularmente solícito con el reo y se ofreció a cumplir con su última
voluntad. Benjamín Argumedo meditó entonces un segundo y, sereno y sin dudar,
pidió ejercer el más importante y elemental de los derechos de un fusilando:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> -Quiero que usted me fusile en público.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Carranza había
enviado dos órdenes: que lo fusilen y que lo hagan sin público. Murguía intentó
convencer a Argumedo de que elija otra cosa. Le ofreció licor, un confesor,
dinero, tabaco, una mujer, papel y lápiz; pero Argumedo mantuvo su pedido.
Finalmente (según cuenta un famoso corrido) debió confesarle:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="tab-stops: 79.5pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¡Válgame
Dios, Benjamín!<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="tab-stops: 79.5pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Yo
no le hago ese favor<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="tab-stops: 79.5pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">pues
todo lo que yo hago<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="tab-stops: 79.5pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">es
por orden superior<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="tab-stops: 79.5pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Le hicieron cavar
su tumba y lo mataron en el patio de la penitenciaría de Durango el primer día
de marzo de mil novecientos dieciséis. Sin testigos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">ElQuique.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La Plata, 24 de abril de 2015.<o:p></o:p></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-84280421379539177072012-08-19T12:53:00.000-03:002012-08-20T01:06:11.277-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (XIII): el gaucho Cabituna<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Un fusilamiento por error, que hay muchos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Los hechos sucedieron durante la revolución nacionalista de 1874, cuando
Mitre y Arredondo se levantaron contra Sarmiento. Un coronel tucumano, Julio Argentino
Roca, comandaba la represión contra Arredondo, en Cuyo. Lo iba siguiendo
despacito, sin atacarlo, para agotarle las fuerzas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El depuesto gobernador de Mendoza se estaba reorganizando y necesitaba
enviarle un mensaje a ese joven coronel. Eligió para ello al más confiable de
sus hombres –el gaucho Cabituna- dueño del mejor caballo que jamás había
galopado por Mendoza. Un colorado hermoso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-Vaya con cuidado, Cabituna –le dijo-. Evite los caminos y no pare. Hay
espías de Arredondo en todas partes. Confíe solo en las patas de su caballo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-Descuide. El potro nunca me falló.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cabituna dobló con cuidado el pequeño papel que le entregó el gobernador
y lo escondió en la herradura del caballo. Cabalgó veinte horas seguidas
esquivando los caminos, sin comer y sin dormir; pero paraba cada tanto unos
minutos para que el animal no se canse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-Tranquilo, Colorado, ya casi llegamos –le decía con dulzura en las
orejas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ya muy cerca del campamento de Roca, se apeó por primera vez junto a un
arroyo y se lavó la cara, para estar presentable. Cuando llegó por fin ante el
jefe de las tropas leales, apenas saludó y le extendió el papelito. Cabituna
era hombre de pocas palabras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El coronel Roca leyó el mensaje con detenimiento y gesto de
preocupación. Miraba de reojo al mensajero. Junto a él, tres señorones
mendocinos vestidos de civil murmuraban:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-No se confíe, coronel. Mírele la pinta al chasque. Fresquito y con la
cara limpia. ¿Y dice que cabalgó veinte horas? No hay que creerle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-Fíjese en el caballo, coronel. Ni cansado parece.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-Yo lo tengo visto al gaucho, coronel. Es un espía de Arredondo, seguro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Roca los escuchaba mientras miraba a Cabituna con detenimiento. De
reojo, semblanteaba también al caballo. Por fin, dijo algo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-Yo creo que ese caballo tan bien entrazado no pudo haber cabalgado
veinte horas. Yo creo que usted es un gaucho mentiroso. Yo creo que lo mandó
Arredondo para espiarme y lo voy a fusilar. Diga algo en su defensa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Cabituna era hombre de pocas palabras y mucha dignidad. Solamente dijo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-Si me fusila, mata a un inocente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En el lugar se encontraba también el teniente </span><span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ignacio
Fotheringham, que hizo una sugerencia sensata:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-Matemos al caballo
para ver si en las últimas horas ha comido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">A Cabituna se le
hizo un nudo en la garganta. Hablaban del Colorado, el caballo que era su
orgullo y su mejor compañero. Sintió lo mismo que si amenazaran a su mujer o a
sus hijos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-El animal es
inocente, señor –dijo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Roca ya no dudó.
Apenas se dio vuelta para mirar a uno de los soldados de su custodia y, señalando al mensajero, dijo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">-Péguenle cuatro
tiros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">ElQuique.<o:p></o:p></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-63307267902587374612012-03-09T13:21:00.002-03:002012-03-09T13:27:28.188-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (XII): Sargento Músico Luciano Isaías Rojas.<p class="MsoNormal" style="font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; "><span lang="ES-MX" style="font-size: 10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language: ES-MX"> Hay una frase ingeniosa que dice que <i>la inteligencia militar es a la inteligencia, lo que la música militar es a la música,</i> y que postula, en ambos casos, la existencia de un oxímoron. Yo sé, en cambio, que la vocación militar y la artística no son forzosamente incompatibles.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; "><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Luciano Isaías Rojas había abrazado ambas vocaciones. Era sargento músico en la banda del Regimiento 2 de Infantería, pero también supo alguna vez empuñar el fusil y demostrar su estatura de soldado. Un último gesto antes de morir lo revela de una sensibilidad humana extraordinaria.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">El 9 de junio de 1956, un grupo de militares patriotas liderados por el general Juan José Valle se alzó en armas contra la dictadura de Aramburu. La proclama de los sublevados –probablemente escrita por Marechal- no dejaba dudas sobre sus intenciones políticas: democracia sin proscripciones y vigencia irrestricta de la Constitución Nacional. El movimiento insurreccional tenía su epicentro en La Plata, pero se extendía también a Campo de Mayo y Palermo. Eran notoriamente peronistas.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La insurrección fue aplastada a sangre y fuego y sus protagonistas fueron fusilados poco después. Entre ellos, el sargento músico Luciano Isaías Rojas.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La historia detallada de su muerte no la cuentan Rodolfo Walsh ni Horacio Gonzáles ni ningún peronista incorregible; sino Jorge Luis Borges, un rabioso antiperonista que festejó los fusilamientos. Por eso, no dudo de que es estrictamente cierta.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">En su diario personal repleto de chismes y habladurías (impiadosamente editado en mil setecientas páginas por Ediciones Destino), Bioy Casares cuenta que Borges le cuenta la historia. A Borges, a su vez, se la contó uno de los protagonistas, uno que empuñaba un fusil tembloroso.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Ese anónimo confidente de Borges era conscripto en el 2 de infantería y una noche nublada lo subieron a un camión y lo llevaron a la vieja Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras. En el patio vio, formados en línea, a nueve jefes de su regimiento. Llevaban uniforme de fajina y tenían las manos atadas.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Un capitán los hizo formar frente a los prisioneros en dos filas; los de adelante, con una pierna arrodillada; los de atrás, de pie. Eran cuarenta y nueve conscriptos armados que conformaban un muro erizado de fusiles a dos alturas.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">No había luz en ese patio y alguien mandó encender los faros de los camiones. Recién entonces, el anónimo conscripto narrador de esta historia descubrió que entre los prisioneros estaba el sargento músico Luciano Isaías Rojas, el más querido de los jefes de su regimiento.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Al verlo, no pudo contener las lágrimas. El fusil le temblaba. El sargento músico Luciano Isaías Rojas lo miró entonces con ojos comprensivos y -con esa misma voz paternal y cariñosa que usaba en el regimiento- le dijo, señalándose el pecho:</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">-No es nada, muchacho. Apuntá acá.</span></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-43414411671576386862011-12-27T17:55:00.001-03:002011-12-27T17:59:24.603-03:00La gota fría<p class="MsoNormal" align="right" style="text-align:right"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size:8.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">“Moralito, Moralito se creía<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" align="right" style="text-align:right"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size:8.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">Que quizás él a mí me iba a ganar<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" align="right" style="text-align:right"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size:8.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">Y cuándo me oyó tocar<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" align="right" style="text-align:right"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size:8.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">Le cayó la gota fría”<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" align="right" style="text-align:right"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size:8.0pt;font-family:"Arial","sans-serif""><o:p> </o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" align="right" style="text-align:right"><span lang="ES-TRAD" style="font-size:8.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">Emiliano Zuleta - “La gota fría”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-TRAD" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">Enemistades<o:p></o:p></span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">El amor y el odio son sentimientos explosivos, que pueden menguar mucho –e incluso desaparecer- luego de una trompada o un revolcón. La amistad y la enemistad de los hombres pueden (y deben) prescindir de esas efusiones. A cambio, suelen ser más duraderas.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La enemistad profunda y permanente entre dos personas puede no diferir demasiado de la amistad prolongada. El ejercicio de ambas requiere la perpetua repetición de rituales comunes y la existencia de un código compartido. En ambos casos sus protagonistas comparten mucho entre sí.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Borges recordaba la historia de dos teólogos que dedican su vida a refutarse mutuamente y que, al morir, descubren que a los ojos de Dios ellos son una sola persona.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Algo así sucede con la historia de Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta. Se nos dice que luego de muchísimos años de ejercer una rivalidad enconada y pública, terminaron –a la vejez- haciéndose amigos. Se me hace que a esa altura no habrán notado ya la diferencia.</span></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-TRAD" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"">Macondo</span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Hay una región de nuestra América, ubicada en Colombia y atravesada por el río César, que ha dado a sus hermanos y al mundo dos invenciones memorables (que acaso sean una sola): el realismo mágico y la música vallenata.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">De la primera no hace falta decir nada. En un pueblo con el sonoro nombre de Aracataca (al que ahora –para atraer turistas-quieren llamar Macondo) nació el hombre que escribiría “Cien años de soledad”, novela que –como señaló su autor- no es otra cosa que “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">un vallenato de trescientas páginas</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">”. La segunda –convenientemente remasterizada- es un éxito comercial en todo el mundo con la voz de Carlos Vives.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Antes de eso, la música vallenata (cuyo nombre proviene de Valledupar, ciudad capital del Departamento de César) podía prescindir de baterías, sintetizadores y guitarras (eléctricas y de las otras) y se arreglaba lo más bien con una guacharaca, una caja y un acordeón. Era –es- la música popular de esa región tropical y mágica.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La alegría estruendosa y las diabluras del acordeón son dos características que comparte con nuestro chamamé correntino; pero –a diferencia de nuestros chamameceros- los músicos vallenatos prefieren el “tres hileras” y no se han resignado nunca al acordeón a piano.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Como en el caso de los corridos mexicanos, los vallenatos se usaron alguna vez para llevar noticias y sucedidos de un pueblo al otro.</span></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX">La piqueria</span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Se trata de un duelo en el que se enfrentan dos acordeoneros (aquí diríamos acordeonistas) en contrapuntos de frase y contrafrase.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Por lo general todo se inicia con una “parada”. Un acordeonero llega a un pueblo y “para” allí a la espera de que el rival local advierta su presencia y lo desafíe. Como en nuestras payadas, el duelo incluye preguntas y respuestas, desafíos e insultos velados o directos en versos que los ejecutantes improvisan a gran velocidad. Si la competencia es pareja y no tiene un claro ganador, si se prolonga durante muchas horas y si sobra el alcohol, puede ser que termine a las trompadas o a los machetazos.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La piqueria es –en definitiva- una versión tropical y caliente de nuestra payada de contrapunto. Sólo que allí la lenta guitarra es reemplazada por el acordeón vertiginoso; y la sabiduría triste, por la alegría jactanciosa.</span></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX">Los hombres</span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Uno se llamaba Lorenzo Miguel Morales y el otro, Emiliano Zuleta Baquero. Ambos eran acordeoneros y geniales. Los dos, pobres de toda pobreza. Cada uno, el mejor de su respectivo pueblo. Para mayor simetría, Dios quiso que uno fuera negro como el betún y el otro, blanco como el papel. Quizás como compensación, Morales tenía dos propiedades: un burro y un acordeón. Emiliano no tenía nada, tocaba con acordeones prestados.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Sus respectivos pueblos quedaban lo suficientemente cerca entre sí como para que exista esa rivalidad natural de los vecinos y lo suficientemente lejos como para que no fuese imprescindible que se cruzaran por la calle.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">No sé quién empezó, pero estamos autorizados a suponer que fue Morales y que quizás el comienzo haya sido sutil e involuntario. Probablemente los hechos sucedieron así: un buen día Morales compone y canta una canción en la que parece mencionar –y criticar muy sutilmente- a otro acordeonero a quien no nombra. Hay quienes piensan que el mentado es Emiliano y le van con el cuento.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Emiliano responde con otro canto, en el que repasa los defectos evidentes del pueblo vecino, entre los que se destaca la falta de talento de sus acordeoneros. La referencia –como se ve- empieza a ser más precisa. Morales –sigamos suponiendo- contesta con una mención más específica todavía y Emiliano entonces se burla llamándolo “negro yumeca”.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">A partir de allí, la rivalidad está declarada y es explícita. La ejercen Morales y Emiliano, pero son dos pueblos que se insultan y se desafían a través de ellos.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Así siguen durante diez años: cada vez que Morales canta una nueva canción, todos esperan la mención denigratoria a Emiliano y lo primero que hacen es correr a contarle. Cada respuesta de Emiliano, lo mismo. Los versos son siempre ofensivos y desafiantes, pero prescinden de las malas palabras y las menciones a sus respectivas madres. Salvo algunas coplas sueltas que se repetían en varios cantos (“</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">que es lo que le pasa a Emiliano / que es lo que le pasa a Zuleta / es el miedo que me tiene / de mandarme la respuesta” </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">o </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">“qué criterio va a tener / un negro yumeca como Lorenzo Morales / el criterio de Miguel / lo dejó en los cardonales”)</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">, la mayoría de estas canciones se ha perdido.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Siempre se desafían a encontrarse en una piqueria que los enfrente y decida por fin quién es el mejor, pero –por una cosa o por otra- el duelo nunca se lleva a cabo. Muchas veces están a punto de encontrarse, pero cuando Morales llega a un pueblo, Emiliano siempre acaba de irse y, cuando se va, llega. Nunca coinciden.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Sospecho que esos desencuentros no eran casuales. Una rivalidad enconada y perpetua como la que ellos ejercían sólo puede sostenerse si los contendientes se enfrentan todos los domingos (como los equipos de fútbol), de manera que siempre haya revancha, o si no lo hacen nunca. Supongo que ambos sabían o intuían esa verdad y, por eso, prolijamente evitaban encontrarse sin que se note.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La historia debía continuar de ese modo para siempre, pero algo falló un día en el que ambos coincidieron en el pueblo de Urumita.</span></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX">El encuentro</span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Durante muchos años, todos los especialistas en música vallenata postularon la falsedad de la historia narrada en </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">. Sin embargo, mucho después, ya viejos los dos y muy cerca de mudarse para siempre al paraíso, Emiliano y Morales dieron un reportaje conjunto a la televisión colombiana y contaron lo que sucedió aquel día en la plaza de Urumita.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Desde entonces sabemos, a partir del relato conjunto de los contendientes, que –más allá de algunas omisiones y exageraciones- la historia es esencialmente verdadera. Los hechos sucedieron más o menos así:</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Emiliano Zuleta estaba en Urumita. Pensaba irse, pero una tormenta (o una muchacha) postergaron su partida. Con la mañana llegó Morales, montado en su burro y munido de su acordeón.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Alguien los vio a ambos y corrió la voz. Al minuto todos los sabían y el duelo se hizo inevitable. Cuando el pueblo llenó la plaza por completo, alguien fue a buscar a Emiliano y a Morales. Llegaron cada cual por una calle distinta y se dieron la mano con respeto. Después de diez años de desafiarse e insultarse minuciosamente, era la primera vez que se veían las caras.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Lorenzo Miguel Morales probó el acordeón. Fue una sola frase larga y hermosa. Emiliano empezó a quejarse. Que así no valía, que era trampa, que estaba en desventaja. No le faltaba algo de razón: no tenía acordeón y estaba completamente borracho. Morales no se inmutó y siguió tocando y Emiliano se fue a dormir, refunfuñando a los gritos. El pueblo, desilusionado, permaneció en la plaza y, poco a poco, la hermosa música de Morales le devolvió la alegría y así estuvieron durante tres horas.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Fueron las tres peores horas en la vida de Emiliano Zuleta. Borracho y enojado, daba vueltas en la cama sin poder dormirse. Escuchaba desde su habitación el griterío ruidoso y el baile, pero sobre todo, escuchaba la música hermosa de Morales. Escuchaba también algunos versos que lo mencionaban: “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">no conozco el pique que me tiene Emilianito / y yo siempre le he dicho que no se meta conmigo / me anda criticando que yo soy negro yumeca / pero él no se fija que es blanco descolorido”, “llegan los rumores de Morale’ a Emilianito / si es que está en la sierra siempre está medio dormido / toma la sorpresa que le llevan los que van / se pone nervioso y no quiere verse conmigo” </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">y otros tantos. A las tres horas no aguantó más. Se levantó, se lavó la cara y se encaminó resuelto a la plaza. Subió al escenario y le arrebató el acordeón a Morales y él también largó una frase larga y jactanciosa.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Pero entonces fue Morales el que planteó una objeción: había estado tocando durante tres horas y estaba cansado. Eso era dar mucha ventaja. Finalmente, luego de algunas discusiones y después de la oportuna intervención del alcalde y del cura párroco, ambos asumieron un compromiso público. Se enfrentarían al día siguiente a las cinco de la mañana. Con esa promesa, los dos se fueron a dormir y el pueblo también, expectante.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Al día siguiente todos madrugaron, pero hubo alguien que madrugó más. Cuando, reunidos todos en la plaza, vieron que Morales no llegaba, lo fueron a buscar y descubrieron que se había ido.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Un grito resonó entonces en todo el pueblo: </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">“¡a Lorenzo Morales le cayó la gota fría!”</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">.</span></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX">La canción</span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Los designios de Dios son inescrutables. Cientos de canciones se escribieron Morales y Emiliano, y todas fueron escuchadas con interés y prolijamente olvidadas al poco tiempo. La que escribió esa noche Emiliano, en cambio, merecería una hospitalidad perdurable en la memoria de los hombres.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">No hay razones para explicar esa diferencia. Nada nos autoriza a suponer que poética o musicalmente fuera superior a las composiciones anteriores (o posteriores) de Emiliano. Podría pensarse que su éxito se debió a que narraba una historia verídica, pero me consta que no es el único canto de Emiliano Zuleta en que eso sucede.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Así y todo, cuando uno repasa los versos de </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; "> –con su estilo simplón y popular y su melodía gritona y pegadiza- encuentra un sabor inconfundible, una marca espaciotemporal bien definida. </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; "> dice más de esa zona tropical y mágica de nuestra América que cualquier enciclopedia, que cualquier guía de turismo. Dice más, incluso, que los </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Cien años de soledad</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; "> a los que –como dijo Borges- le sobran unos sesenta años.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">No sé cuál fue el motivo de su éxito, pero los versos de </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; "> se desparramaron de inmediato por toda la región del César y, al poco tiempo, por toda Colombia y, finalmente, por todos los países de habla hispana, hasta transformarse en el vallenato por antonomasia, el vallenato prototípico, el vallenato de vallenatos. </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">es hoy al vallenato lo que </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Kilómetro 11</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; "> es al chamamé.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">No es mi vallenato preferido. Me gustan mucho más las composiciones de Leandro Díaz y –sobre todo- las de Rafael Escalona, pero siempre vuelvo a él de tanto en tanto. Lo canto bajo la ducha, intento tocarlo en el acordeón (por ahora con pobres resultados), se lo enseño a mi hija. Lo he escuchado en treinta o cuarenta interpretaciones diferentes y he repasado prolijamente las pequeñas variaciones de sus versos. No me parece una exageración o una mera interjección calificarlo de perfecto.</span></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX">El escarnio</span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Cuando Emiliano Zuleta cantó por primera vez </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">, la rivalidad que mantenía con Lorenzo Morales se clausuró en forma definitiva. Ya no había nada que discutir. Morales había rehuido el enfrentamiento como un cobarde.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Se sabe que Morales intentó diversas excusas (algunas con cantos y versos), pero no hubo caso. En cada pueblo que visitaba, lo recibían con la incontestable primera estrofa de </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría: “acordáte Moralito de aquel día / que estuviste en Urumita / y no quisiste hacer parada / te fuiste de mañanita / sería de la misma rabia”</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">.</span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La derrota era absoluta, total, ignominiosa. Los demás músicos vallenatos le hicieron la comparsa al vencedor y también escribieron cantos que se burlaban del pobre Morales. Al poco tiempo el escarnio público le resultó insoportable y Morales se perdió por muchos años. Dejó de viajar por los pueblos de la región y ya nadie más pudo verlo por la zona. Se dice que se retiró a vivir en las serranías, con los indios, lejos –todo lo lejos que pudo- del infortunado encuentro en Urumita, lejos –sobre todo- de los versos hirientes de </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría.</i></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La ausencia de Morales se notó en toda la región y fue un nuevo motivo de burlas. Rafael Escalona –que sería luego el más grande de los compositores vallenatos pero que en ese entonces era apenas un imberbe aprendiz de diecisiete años- se propuso ir a buscarlo y fatigó todos los pueblos de la región sin mayores resultados. De ese vano viaje derivó un paseo llamado </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Buscando a Morales. </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">El comienzo es casi afectuoso: “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">díganle a Morales que aquí estuvo una persona / que llegó a Guacoche con gana ‘e verlo tocá / pasé por su casa y la he encontrado sola / empujé la puerta y estaba atrancá”</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">, pero al ratito nomás lo acicatea con “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">porque Moralito es una enfermedad / que está en todas partes y en ninguna está”, </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">y termina diciendo lo que todos piensan: “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">yo creo que Morales le teme a Emiliano / no sea que de pronto se lo encuentre allá”.</i></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Morales no respondió a ninguna de las burlas y ya no tocó. Nadie lo vio más por ninguna parte, al punto que algunos lo dieron por muerto. Leandro Díaz le escribió un canto llamado </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La muerte de Moralito.</i></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX">Arte de injuriar</span></u></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; text-indent: 35.4pt; "> </span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size: 12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language:ES-MX">Los versos de <i>La gota fría</i> son hirientes, demoledores y jactanciosos, pero están escritos con un aire de prudencia y respeto y en ello radica precisamente su eficacia. El insulto aparece en boca de Emiliano solamente como una posibilidad y siempre condicionado a la conducta del otro. Copio dos ejemplos que me resultan particularmente agradables: “<i>yo tengo un reca’o grosero / para Lorenzo Miguel / él me trató de embustero / y más embustero es él”</i> y el mejor de todos: “m<i>e le dicen a Morales / me le dicen a Miguel / ¡ay! que no la mente a mi madre / porque le mento la de él”.<o:p></o:p></i></span></p> <p class="MsoNormal"><i><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span></i><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX">El rescate</span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p><span style="text-decoration:none"> </span></o:p></span></u></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Pese a todo, Lorenzo Morales no murió solo y olvidado en la sierra como era su destino, porque alguien lo rescató. Habían pasado más de cuarenta años desde aquella infausta jornada de Urumita y, durante todo ese tiempo, Morales había estado recluido en la sierra, escondido, sin tocar su acordeón, sin dejarse ver por ninguna parte.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size: 12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Pero un día extraño, cuarenta años después, alguien encontró su casa y llamó a su puerta. Morales no se hubiera sorprendido tanto si hubiese visto al mismísimo demonio. El que estaba parado en el umbral era Emiliano Zuleta, el motivo de todos sus males.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size: 12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Nadie sabe qué se dijeron esa tarde, pero, desde entonces, no volvieron a separarse. Cambiaron aquella vieja enemistad desafiante por una extraña amistad íntima e incondicional. Se negaban a tocar por separado. Cuando alguien quería contratar a Emiliano (Morales no tenía muchos pedidos, hay que decirlo), éste exigía que también contrataran a su amigo porque de lo contrario no tocaba. Llegaron a hacer un juramento público: si alguno de ellos moría, el otro dejaba de tocar el acordeón para siempre. Pese a que se trataba de su canción más famosa, Emiliano se negó desde entonces a cantar </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría, </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">para no incomodar a Morales.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size: 12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Los que los vieron en esos años dicen que era una amistad despareja: Emiliano Zuleta era un músico famoso y aclamado, con un público seguidor. Cuarenta años de silencio habían opacado a Morales, que terminaba haciendo apenas el acompañamiento del otro. Se decía que Emiliano “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">cargaba con Moralito”.</i></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size: 12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Es difícil resistir la tentación de analizar esta extraña y tardía amistad en clave psicológica. Muchos han dicho que Emiliano, agobiado por la culpa de los males que había causado a Morales, quiso redimirse rescatándolo, volviéndolo a la vida pública y al arte. Se ha dicho muchas veces, pero a mí no me convence.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Se me hace que los motivos de Emiliano eran bastante más egoístas. Emiliano sin su eterno contrincante es –literalmente- nadie. Como un Boca Juniors sin un River Plate. Como un boxeador peleando contra un saco de arena. Emiliano quiso rescatar a Morales para rescatarse a sí mismo, para volver a ser el que ya no era.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language: ES-MX">Las versiones</span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language: ES-MX"><o:p><span style="text-decoration:none"> </span></o:p></span></u></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">El primero en grabar </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">–con el título </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Qué criterio-</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; "> fue Guillermo Buitrago en los años cuarenta. Es una versión simple, acompañada solamente por guacharaca, caja y acordeón, sin guitarras, y es una de mis preferidas. Buitrago canta despacito y sin estridencias y es un gusto escucharlo. Después de eso, la canción fue grabada un montón de veces por cientos de artistas. También la grabó el propio Emiliano Zuleta, en una versión que muchos tienen por original, aunque es posterior, y que muestra a las claras que no siempre los buenos compositores son buenos intérpretes.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Pero el que llevó la canción a todo el mundo y estableció una versión canónica fue Carlos Vives en los noventa. A partir de entonces, todos los músicos que cantan </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; "> se basan en esa interpretación y repiten sus aciertos y sus errores. Es común escuchar a los fundamentalistas del vallenato quejarse de las contaminaciones rockeras de Carlos Vives, pero hay que reconocer que fue él quien popularizó en todo el mundo esta hermosa música provinciana.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span lang="ES-MX" style="font-size: 10pt; font-family: Arial, sans-serif; ">Algunos deméritos que se suelen señalar de la versión de Carlos Vives son deslices menores. Por ejemplo, en la primera estrofa (</span><i><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt; mso-bidi-font-size:12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language: ES-MX">“acordáte Moralito de aquel día / que estuviste en Urumita / y no quisiste hacer parada”</span></i><span lang="ES-MX" style="font-size: 10pt; font-family: Arial, sans-serif; ">) sustituye “parada” por “parranda”, lo que vuelve al verso ligeramente incomprensible. Otros, en cambio, son un poco más odiosos, principalmente, la intención bien evidente de adaptar la canción al gusto internacional (eufemismo con el que se quiere decir –en estos ámbitos- “norteamericano”). Esa intención es bien evidente en la música (guitarras eléctricas, batería y etcéteras), pero a veces se manifiesta también en la letra, lo que suele degradar la eficaz sutileza de los versos.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size: 12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Los norteamericanos –se sabe- no son diestros en el arte de injuriar y manejan un breve repertorio de insultos directos y procaces que no va mucho más allá del </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">sanofbitch </i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">y el </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">fáking</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">. Sus matones siempre prefirieron la ametralladora masiva antes que el puñal íntimo y discreto. Consecuente con este gusto por el golpe directo, Carlos Vives lleva las mejores sutilezas de la letra de la potencia al acto. El apelativo “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">negro yumeca”</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; "> no le parece suficientemente racista y denigratorio y, por eso, lo rebaja a “</span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">indio yumeca</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">”. Nadie ignora que en el escalafón racista del Caribe (en el nuestro también, a juzgar por algunas páginas del Martín Fierro) los indios están por debajo de los negros.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size: 12.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Con todo, a mí me gusta la interpretación de Carlos Vives. Fue la primera que escuché y la que sigo escuchando en todas partes y fue también la que me despertó el interés por la música vallenata. Además, pese a las guitarras eléctricas y a la indisimulada intención de satisfacer el gusto internacional (norteamericano), la música de Carlos Vives suena auténtica y convincentemente nuestra.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Después de él y a partir de su versión, la canción fue grabada en todo el mundo por distintos artistas. Shakira le puso su toque árabe y sus caderas. Hay una versión ranchera de un grupo mexicano llamado Calibre 50. La cantó Paloma San Basilio y hasta llegó a grabarla –con el título </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Moralito</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">- Julio Iglesias (¡en inglés!), interpretación, esta última, que me hizo pensar que la censura podría ser benéfica en algunos casos.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language: ES-MX">Vencedores vencidos</span></u></b></p> <p class="MsoNormal"><b><u><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif";mso-ansi-language: ES-MX"><o:p><span style="text-decoration:none"> </span></o:p></span></u></b><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Emiliano Zuleta murió en el año 2005. Su viejo y eterno contrincante</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; "> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">cumplió su promesa y ya no volvió a tocar el acordeón. Seis años después, el 26 de agosto de 2011, también murió Lorenzo Morales. Tenía noventa y siete años y treinta y siete hijos.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">No sé por cuánto tiempo perdurará el eco de esta historia maravillosa, hasta que el olvido –que es de todos- la borre por completo. No sé si en el paraíso tropical al que Dios los habrá destinado seguirán rivalizando. No sé tampoco si allá Emiliano será también el vencedor invicto y Morales el cobarde irredimible, el de la derrota ignominiosa. Sé –en cambio- que aquí no.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">En su victoria sin matices, Emiliano cometió un error: la letra de </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">La gota fría<b> </b></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">no menciona ni siquiera una sola vez a su autor, al vencedor de la contienda. En cambio, todas las estrofas nombran a Morales.</span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES-MX" style="font-size:10.0pt;font-family:"Arial","sans-serif"; mso-ansi-language:ES-MX"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 10pt; ">Si, como quería Manrique, hay una tercera vida, la del recuerdo en los otros; esa vida es para Lorenzo Morales. Cuando ya nadie recuerde que alguna vez existió alguien llamado Emiliano Zuleta, el nombre de Morales estará vivo todavía en una canción. Aunque alguna vez le haya caído la gota fría.</span></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-26002158378868351722011-11-05T13:16:00.001-03:002011-11-05T13:18:14.318-03:00Crónicas Misioneras (cuarta entrega)<b>Frontera seca.<br /></b><br />Desde Eldorado, y después de cien kilómetros de subidas y bajadas en medio del monte, llego a Bernardo de Irigoyen, extremo oriental de la República Argentina. Las paredes están repletas de consignas nacionalistas; algunas muy directas (“Aquí comienza la patria”) y otras más sutiles y eficaces (“Bienvenidos a donde nace el sol”), pero nadie habla totalmente en castellano ni en portugués. En la única estación de servicio del pueblo hay cinco cuadras de autos brasileños que esperan para cargar nafta argentina.<br /><br />Me habían dicho antes de salir que no valía la pena, que no vaya, que no hay nada para ver en Bernardo de Irigoyen; pero yo quería conocer la frontera seca, ese extraño lugar en donde las patrias se tocan sin un río, una montaña o un desierto que las separe.<br /><br />Por eso lo primero que hago es buscar la frontera. Bajando por la calle principal veo el puesto de la gendarmería. Una mujer gendarme me pide los documentos, me hace bajar del auto y anota cosas en una computadora. Recién entonces advierto que hay un puente y, bajo el puente, el surco seco de un arroyito con un cartel que dice “Aº Pepirí Guazú”. Me siento estafado: la frontera seca no es seca, hay un arroyo que separa. Ínfimo y sin agua, hay un arroyo. Me quejo ruidosamente con la gendarme.<br /><br />-Esta es la naciente del arroyo –me aclara-, cien metros para allá empieza la frontera seca de verdad. Por acá sólo cruzan los que tienen documentos.<br /><br /><b>El color de la tierra.</b><br /><br />El cielo es el mismo en todos lados. La tierra, no.<br /><br />Ni negra como en la pampa húmeda, ni gris como en la pampa seca, ni marrón como en casi todas partes, ni blanca como en los calurosos arenales de Corrientes; la tierra misionera es roja, colorada; de un rojo fuerte, oscuro e inconfundible; algo entre la sangre y el ladrillo.<br /><br />Dicen los que saben que la causa es el exceso de hierro, que al contacto con el aire se oxida. Dios conserve esa tierra encendida y color hada.<br /><br /><b>Las mañas de Andresito.<br /></b><br />Después las llamaron “guerra de montoneras”, pero al principio se las conocía como “las mañas de Artigas”. Suele creerse que los principios de táctica militar de estas guerrillas eran inexistentes y es sabido que la expresión “montonera” alude a que –incultos e incivilizados- peleaban “en montón” y no conocían (o simplemente no usaban) las exquisiteces europeas de la doble línea o la formación en cuadro.<br /><br />Lo cierto que es que existía en estas tropas irregulares una táctica militar avanzada y distinta, que les permitió derrotar muchas veces a ejércitos visiblemente superiores dirigidos por científicos de la guerra y que hizo que siempre resurgieran hasta la definitiva derrota –y muerte- de Aparicio Saravia en Masoller cuando ya estaba bien empezado el siglo veinte.<br /><br />Lo cierto, también, es que algunas de estas tácticas -que se fueron refinando con el tiempo y la experiencia- (el uso que de la lanza hacía la caballería, por ejemplo) fueron después incorporadas por los ejércitos profesionales durante la guerra de la Triple Alianza y, de allí, pasaron al ejército alemán que las utilizó en la guerra franco-prusiana.<br /><br />Los orientales reclaman la paternidad y la primacía en materia de montoneras y, sin perjuicio de las lindezas riojanas, debemos reconocer que con Artigas y Aparicio –el primero y el último montonero, respectivamente- fueron los orientales los que abrieron y cerraron un capítulo no sólo militar de nuestra historia.<br /><br />No pienso discutir con orientales o riojanos sobre ninguna primacía especial. Sólo señalaré un aporte misionero útil -pero sobre todo hermoso- a esas tácticas criollas. Lo cuenta el propio Artigas en sus memorias.<br /><br />Se sabe que las tropas montoneras de Artigas no tenían propiamente infantería ni caballería (y, por supuesto, la artillería era un lujo que estaba reservado a los ejércitos profesionales), sino más bien una mezcla de ambas, que podríamos llamar “infantería montada”. Los montoneros (contra lo que su nombre parece indicar) peleaban dispersos y en parejas y atacaban desde todos los lados posibles. Esto disminuía la eficacia de los cañones y de las rígidas formaciones enemigas y aumentaba entre ellas el desconcierto y la zozobra. Los montoneros iban a caballo pero no efectuaban cargas de caballería, sino que se apeaban para disparar y montaban para huir cuando los perseguían. Siempre actuaban en parejas de manera que un montonero cubriese el ataque de otro.<br /><br />Andresito Guacurarí, aquel mítico comandante misionero, único gobernador indio que existió en la Argentina, le propuso a Artigas una innovación que parece poesía, pero que aumentó enormemente la eficacia de estas tropas irregulares. Propuso que las parejas se formaran no por la voluntad de un sargento, sino por la de la propia tropa. Así, todos preferían combatir al lado de un pariente o de un amigo y ése era un vínculo adicional que los llevaba a no abandonarse en el combate.<br /><br />La guerra de montoneras sobrevivió a Andresito, cuyo aporte y cuya historia es más olvido que recuerdo. Vayan estos apuntes de homenaje al más querible de nuestros héroes.<br /><br /><b>Divortium aquarum.<br /></b><br />Misiones es un pedacito de tierra chiquito y angosto, sobre todo angosto. Entre el Paraguay y el Brasil casi nunca hay más de ochenta o noventa kilómetros Parece imposible pretender dividir ese pequeño espacio longitudinalmente. Sin embargo, una cadena de sierras que nace en Oberá y muere en Bernardo de Irigoyen separa a la provincia en dos.<br /><br />De las sierras para allá, todo es más aparaguayado y fluvial y civilizado. El monte desordenado ha sido suplantado progresivamente por prolijas plantaciones de pino y también de yerba y té y hasta por ciudades. Hay industrias y turismo y empresas de transporte y casillas de peaje. La gente habla en castellano, al que le incorporan algunas palabras en guaraní.<br /><br />De las sierras para acá, todo es más abrasilerado y virgen y enmarañado. El monte manda y apenas tolera unos pueblitos como islas. Hacia el norte, las rutas pasan del asfalto a la tierra y de la tierra a la piedra y se vuelven intransitables. El Uruguay dobla y se mete de repente en el Brasil y la frontera sigue apenas por un arroyito hasta volverse confusa, seca y selvática. Hay mucho gringo, con predominio de polacos, suecos y alemanes y el portuñol comienza a hacerse más marcado a medida que uno se acerca a la frontera.<br /><br /><b>Toponimia.<br /></b><br />Pese a la enorme cantidad de inmigrantes polacos, suecos, alemanes y suizos; hay muy pocos nombres gringos en la toponimia misionera. Con algún esfuerzo se pueden anotar Wanda y Villa Svea.<br /><br />Los pueblos más antiguos conservan los nombres cristianos de las ruinas jesuíticas sobre las que se levantaron: Santa Ana, San Ignacio, Mártires del Japón, Apóstoles. Entre los más nuevos prevalecen los nombres de caudillos radicales: Leandro N. Alem, Bernardo de Irigoyen, Aristóbulo del Valle.<br /><br /><b>El Che Guevara, misionero.<br /></b><br />Ya sé: me van a decir que el Che Guevara es universal, pero todos los hombres lo son. Todos los hombres son, también, universales de algún lado.<br /><br />La mayoría lo considera más que nada cubano, porque fue en Cuba donde hizo la mayor parte de sus muchas hazañas. El gobierno cubano ha alentado desde siempre esta interpretación y es allí donde descansan sus restos y donde se encuentran la mayoría de sus estatuas y mausoleos. Es común que los argentinos aceptemos pasiva e irreflexivamente esta posición. Se suele olvidar para ello que el Che renunció formalmente a la nacionalidad cubana un una famosa carta de despedida dirigida a Fidel.<br /><br />Algunos, más generosos, lo consideran un patriota latinoamericano (para lo cual minimizan -acaso con razón- sus incursiones en el África). Se trata de una verdad tan incontestable como su carácter de universal. Pero también todos los latinoamericanos somos de algún sitio en particular.<br /><br />Nadie, que yo sepa, lo considera boliviano; aunque no sé por qué es más lógico que la nacionalidad se determine por el lugar de nacimiento y no por el lugar de la muerte, sobre todo cuando se trata de un lugar por el que se muere.<br /><br />Pese a todo eso, la argentinidad del Che es evidente desde su mismo nombre y se revela enseguida cuando se oyen sus discursos, en los que se le cuela sin querer ese tono porteño cancherito tan característico. Algunos objetan que el Che jamás peleó en territorio argentino, objeción absurda que llevaría a sostener que San Martín era extranjero. Supongo que el obstáculo más importante para aceptar por completo la argentinidad del Che es su (nunca del todo bien documentado) antiperonismo juvenil. Se suele olvidar que, de adulto, ya no pensaba lo mismo; que llamaba “descamisados” a los novatos que se incorporaban a la guerrilla; que antes de partir a Bolivia fue a pedir consejo a Puerta de Hierro (Perón, acaso menos valiente pero muchísimo más lúcido, le avisó que lo derrotarían); y que el viejo general dijo al despedirlo que era el "mejor de los nuestros".<br /><br />Todas estas cuestiones son superfluas. Es evidente que alguien a quien le dicen "el Che" sólo puede ser irremediablemente argentino.<br /><br />Ahora bien, también los argentinos somos argentinos de algún lado en particular. En ese punto los rosarinos (extraños santafesinos aporteñados) se apuraron en agenciárselo (probablemente motivados en su carencia de antecedentes épicos; los rosarinos no tienen héroes políticos o militares, aunque abundan en artistas) y hoy todos dicen que el Che era rosarino, aunque uno no advierte nada en común con Olmedo, Fontanarrosa o Fito Páez.<br /><br />Los cordobeses bochincheros y ladinos ahora quieren disputárselo. Argumentan -no sin algo de razón- que la patria es la tierra de la infancia y que el Che pasó su infancia en Alta Gracia, en donde ahora construyeron un hermoso museo en su honor. Siempre conviene sospechar de las intenciones de los cordobeses. Me malicio que detrás de ese luminoso argumento se esconden móviles más bien turísticos.<br /><br />Señores cordobeses, señores rosarinos: están ustedes muy equivocados. El Che era (es) misionero; de Caraguatay, para más datos.<br /><br />Su nacimiento se produjo en Rosario por pura casualidad. Los padres del Che vivían en Misiones (eran dueños de un yerbatal llamado "la misionera") cuando se embarazaron. En Misiones, en esa época, no había médicos, hospitales y esas cosas; y sus padres quisieron que nazca en Buenos Aires, pero -mientras navegaban el Paraná en un vapor hacia la capital- vieron que el parto se adelantaba y bajaron en Rosario. Allí nació el Che -es cierto- y la familia se quedó allí menos de dos semanas, para volver enseguida a Misiones, provincia en la que fue concebido y en donde vivió sus primeros dos años. O sea que de rosarino, más bien poco y nada.<br /><br />El argumento de los cordobeses es mejor. Es cierto que el Che vivió diecisiete años, casi toda su infancia y adolescencia, en Alta Gracia y en Córdoba capital; pero un auténtico cordobés jamás hubiese abandonado la costumbre de arrastrar las vocales y el Che no la tenía. Tampoco hay noticias de que tomara fernet, bailara cuarteto o se especializara en contar chistes malos.<br /><br />La hipótesis misionera tiene a su favor las disposiciones de las leyes de Dios y de la República, que -por ahora- coinciden en afirmar que la vida comienza con la concepción. Indudablemente el Che fue engendrado en la caliente, húmeda y propicia selva misionera, de la que tuvo que irse a causa del asma. Pero hay un argumento todavía mejor en el nombre:<br /><br />Ernesto Guevara Lynch De la Serna es un nombre indicado para un médico importante, para un habitué de los clubes exclusivos, para un dueño de estancia. El guerrillero heroico no podía admitir ese nombre incómodo y se haría famoso, en cambio, como el "Che", argentinísima palabra del idioma guaraní (el idioma de su provincia) que -bueno es recordarlo- significa "hombre".Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-52184969728436224562011-01-06T20:53:00.001-03:002011-01-06T20:55:16.723-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (XI): Ciriaco CuitiñoNo sé si era bueno o malo, lo que no tiene mayor importancia. No hay duda, en cambio, de que era federal y consecuente. Partidario de Dorrego, lo fue después de Rosas. Con aquél se desempeñó como alcalde de Quilmes; con éste, como comisario de policía; pero se distinguió sobre todo como mazorquero. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Popular Restauradora, conocida popularmente -con cariño o temor, según se mire- como “la mazorca”.<br /><br />Sin embargo, los retratos de Cuitiño le suelen ser benevolentes. Corsini lo llamó “buen mazorquero” en el tango “tirana unitaria”:<br /><br /><span style="font-style: italic;">Tirana unitaria, tu cinta celeste</span><br /><span style="font-style: italic;">Até en mi guitarra de buen federal</span><br /><span style="font-style: italic;">Y en noche de luna canté en tu ventana</span><br /><span style="font-style: italic;">Más de un suspirante cielito infernal.</span><br /><br /><span style="font-style: italic;">Tirana unitaria, le dije a Cuitiño</span><br /><span style="font-style: italic;">que tú eras más santa que la Encarnación</span><br /><span style="font-style: italic;">y el buen mazorquero juró por su daga</span><br /><span style="font-style: italic;">que por ti velaba la Federación.</span><br /><br />Y Borges –completamente insospechado de simpatías rosistas- elogió en unos versos su “<span style="font-style: italic;">federala manera de vivir y morir”. </span><br /><br />Era un federal convencido, de esos pocos federales porteños que no se acomodaron a las circunstancias adversas. Cuando Lavalle fusiló a Dorrego y tantos intentaron congraciarse con el golpista, Cuitiño organizó la resistencia guerrillera en la campaña. Cuando Buenos Aires se separó de la Confederación, Cuitiño participó del sitio organizado por Hilario Lagos, una intentona que desde el principio estaba condenada al fracaso. Fue aprehendido –y condenado a muerte- junto a otro mazorquero, un tal Leandro Alén, cuyo hijo –fundador de la Unión Cívica- se cambiaría el apellido por Alem, para que nadie lo relacione con su padre.<br /><br />Antes de ser fusilado, pidió que le dieran aguja e hilo para coserse el pantalón a la camisa. Sabía que después de fusilarlo iban a colgar su cuerpo a la vista de todos y dijo: “<span style="font-style: italic;">a un federal no se le deben caer los pantalones ni siquiera muerto”.</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-19437512446407138622010-11-27T08:06:00.002-03:002010-11-27T08:08:31.776-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (X): Carlos de InglaterraAunque ustedes no lo crean, aun hoy, en pleno siglo veintiuno, hay un montón de países atrasados que todavía son gobernados por unos señores (o señoras) que acceden al poder mediante el involuntario trámite de nacer y cuyo rostro suele afear los billetes y las estampillas. Uno de ellos, Inglaterra, posee una larga tradición de reinas longevas y malhumoradas; sin embargo, supo conocer alguna vez –por breve tiempo- formas de organización política más modernas. Como suele suceder en estos casos, para lograrlo tuvo que decapitar a un rey.<br /><br />El hecho sucedió en el siglo diecisiete, cuando el Reino Unido no estaba tan unido y no se llamaba así tampoco. Carlos I reinaba en Inglaterra, en Escocia, en Gales, en Irlanda, en dos o tres islitas del Caribe y en una diminuta franja costera de América del Norte. Se dice que no aprendió a hablar ni a caminar hasta los tres años y que –al llegar a la edad adulta- medía apenas un metro con sesenta. Se dicen tantas cosas…<br /><br />Era una época extraña de fervor religioso, una época en la que la teología se había convertido en una pasión popular. En Inglaterra había una iglesia oficial, pero también había católicos romanos, presbiterianos, calvinistas, puritanos y esas cosas.<br /><br />Carlos –vaya uno a saber por qué- se involucró en esas disputas estériles del peor modo. Favoreció alternativamente a unos y a otros y terminó por malquistarse con todos. Carecía por completo del sentido de la lealtad: combatió a España y a Francia, pero después se alió con ambos; intentó someter a Escocia, pero después terminó refugiado allí. Finalmente los escoceses lo entregaron al parlamento inglés, ya definitivamente sublevado.<br /><br />La Cámara de los Comunes lo sometió a un proceso por traición. Carlos argumentó en su defensa –con impecable razón- que siendo él el rey no podía al mismo tiempo ser traidor al rey; y que los traidores eran, más bien, quienes lo sometían a juicio. El parlamento no compartía ese punto de vista y terminó por condenarlo a muerte.<br /><br />Todavía no se había inventado la guillotina, así que la ejecución debía realizarse a mano, con un hacha. En una tarde calurosa, Carlos se encontró parado en una tarima que hacía las veces de patíbulo. A su lado, transpiraba un verdugo encapuchado. Le leyeron en voz alta los cargos y la condena. Un fraile (o un obispo) imploró por el eterno descanso de su alma.<br /><br />Mientras se cumplían estos trámites previos, Carlos temblaba en forma irreparable. Los dientes le castañeaban ruidosamente, en un espectáculo lamentable. Sus súbditos sublevados que observaban el ritual confirmaban su desprecio por el rey condenado:<br /><br />-Siempre fue un cobarde.<br /><br />Los trámites previos llegaban a su fin. Lo hicieron adelantarse y, antes de agacharlo y colocarle la cabeza en el soporte, lo invitaron a formular su última voluntad. El calor era insoportable.<br /><br />-Tráiganme una capa –dijo el rey bien fuerte para que todos puedan oírlo-, estoy temblando de frío.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-53410074183250108962010-10-24T09:08:00.003-03:002010-10-24T14:01:21.027-03:00El Che Guevara, misionero.Ya sé: me van a decir que el Che Guevara es universal, pero todos los hombres lo son. Todos los hombres son, también, universales de algún lado.<br /><br />La mayoría lo considera más que nada cubano, porque fue en Cuba donde hizo la mayor parte de sus muchas hazañas. El gobierno cubano ha alentado desde siempre esta interpretación y es allí donde descansan sus restos y donde se encuentran la mayoría de sus estatuas y mausoleos. Es común que los argentinos aceptemos pasiva e irreflexivamente esta posición. Se suele olvidar para ello que el Che renunció formalmente a la nacionalidad cubana un una <a href="http://es.wikisource.org/wiki/Carta_de_despedida_del_Che_Guevara">famosa carta </a>de despedida dirigida a Fidel.<br /><br />Algunos, más generosos, lo consideran un patriota latinoamericano (para lo cual minimizan -acaso con razón- sus incursiones en el África). Se trata de una verdad tan incontestable como su carácter de universal. Pero también todos los latinoamericanos somos de algún sitio en particular.<br /><br />Nadie, que yo sepa, lo considera boliviano; aunque no sé por qué es más lógico que la nacionalidad se determine por el lugar de nacimiento y no por el lugar de la muerte, sobre todo cuando se trata de un lugar por el que se muere.<br /><br />Pese a todo eso, la argentinidad del Che es evidente desde su mismo nombre y se revela enseguida cuando se oyen sus discursos, en los que se le cuela sin querer ese tono porteño cancherito tan característico. Algunos objetan que el Che jamás peleó en territorio argentino, objeción absurda que llevaría a sostener que San Martín era extranjero. Supongo que el obstáculo más importante para aceptar por completo la argentinidad del Che es su (nunca del todo bien documentado) antiperonismo juvenil. Se suele olvidar que, de adulto, ya no pensaba lo mismo; que sugestivamente llamaba a los novatos que se incorporaban a la guerilla "<em>descamisados</em>"; que antes de partir a Bolivia fue a pedir consejo a <a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/espectaculos/6-19783-2003-05-07.html">Puerta de Hierro </a>(Perón, acaso bastante menos valiente pero muchísimo más lúcido, le avisó que lo derrotarían); y que el viejo general dijo al despedirlo que era el "<em>mejor de los nuestros</em>".<br /><br />Todas estas cuestiones son superfluas. Es evidente que alguien a quien le dicen "el Che" sólo puede ser irremediablemente argentino.<br /><br />Ahora bien, también los argentinos somos argentinos de algún lado en particular. En ese punto los rosarinos (extraños santafesinos que no se consideran tales) se apuraron en agenciárselo (probablemente motivados por la carencia de antecedentes épicos; los rosarinos no tienen héroes políticos o militares, aunque abundan en artistas) y hoy nadie duda de que el Che era rosarino, aunque uno no advierte nada en común con Olmedo, Fontanarrosa o Fito Páez.<br /><br />Los cordobeses bochincheros y ladinos ahora quieren disputárselo. Argumentan -no sin algo de razón- que la patria es la tierra de la infancia y que el Che pasó su infancia en Alta Gracia, en donde ahora construyeron un hermoso museo en su honor. Siempre conviene sospechar de las intenciones de los cordobeses. Me malicio que detrás de ese luminoso argumento se esconden móviles más bien turísticos.<br /><br />Señores cordobeses, señores rosarinos: están ustedes muy equivocados. El Che era (es) misionero; de Caraguatay, para más datos.<br /><br />Su nacimiento se produjo en Rosario por pura casualidad. Los padres del Che vivían en Misiones (eran dueños de un yerbatal llamado "la misionera") cuando se embarazaron. En Misiones, en esa época, no había médicos, hospitales y esas cosas; y sus padres quisieron que nazca en Buenos Aires, pero -mientras navegaban el Paraná en un vapor hacia la capital- vieron que el parto se adelantaba y bajaron en Rosario. Allí nació el Che -es cierto- y la familia se quedó allí menos de dos semanas, para volver enseguida a Misiones, provincia en la que fue concebido y en donde vivió sus primeros dos años. O sea que de rosarino, más bien poco y nada.<br /><br />El argumento de los cordobeses es mejor. Es cierto que el Che vivió diecisiete años, casi toda su infancia y adolescencia, en Alta Gracia, Villa María y Córdoba capital; pero un auténtico cordobés jamás hubiese abandonado la costumbre de arrastrar las vocales y el Che no la tenía. Tampoco hay noticias de que tomara fernet, bailara cuarteto o se especializara en contar chistes malos.<br /><br />La hipótesis misionera tiene a su favor las disposiciones de las leyes de Dios y de la República, que -por ahora- coinciden en afirmar que la vida comienza con la concepción. Indudablemente el Che fue engendrado en la caliente, húmeda y propicia selva misionera de la que tuvo que irse a causa del asma. Pero hay un argumento mejor todavía en el nombre:<br /><br />Ernesto Guevara Lynch De la Serna es un nombre indicado para un médico importante, para un habitué de los clubes exclusivos, para un dueño de estancia. El guerrillero heroico no podía admitir ese nombre incómodo y se haría famoso, en cambio, como el "<em>Che</em>", argentinísima palabra del idioma guaraní (el idioma de su provincia) que -bueno es recordarlo- significa "<em>hombre</em>".<br /><p>ElQuique.</p><p>Pd: les dejo un chamamecito sobre el tema.<br /></p><br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=289e2c1" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-50379989162590381102010-09-22T08:13:00.009-03:002010-09-22T08:27:03.452-03:00El mate (chamamé)<div align="left">El mate, de boca en boca,<br />Como un secreto caliente,<br />Va enumerando despacio<br />La historia de nuestra gente.<br /><br />Indígena el corazón,<br />Criolla luz que lo enciende,<br />El mate es la patria en acto,<br />El mate es blanco y celeste. </div><div align="left"></div><div align="left"></div><div align="left"></div><div align="left"></div><em></em><div align="left"><em></em></div><div align="left"><em><br />El sudor del tarefero,<br />Tiene el sabor de la vida:<br />Amargo como la muerte,<br />El dolor y la partida;<br />Dulce como la mujer<br />Aquella que no se olvida</em>.<br /><br />Con la divisa de sangre<br />Y con la tropa de Artigas<br />Cabalgó la montonera<br />Desde el fondo de los días.<br /><br />Una vez cruzó los Andes<br />-El mate es un potro verde-,<br />Ayer murió en las Malvinas<br />Y allí vive eternamente.<br /><br /><em>Sapukay del tarefero,<br />Tiene el sabor de la vida:<br />Amargo como la muerte,<br />El dolor y la partida;<br />Dulce como la mujer<br />Aquella que no se olvida.<br /><br /></em>El mate no tiene apuro<br />Para enseñar lo que tiene:<br />El sudor de nuestros hombres,<br />El sabor de sus mujeres.<br /><br />Nos une y nos diferencia<br />De los demás, que no entienden<br />Que la vida es mate amargo<br />Y el amor dulce lo vuelve.<br /><br /><em>La sangre del tarefero,<br />Tiene el sabor de la vida:<br />Amargo como la muerte,<br />El dolor y la partida;<br />Dulce como la mujer<br />Aquella que no se olvida.<br /></em><br />El mate pasa de manos,<br />Va despacio y convincente,<br />En secreto identifica<br />El sabor de nuestra gente.<br /><br />De nuestra patria, el aroma;<br />De mi provincia, el color:<br />El verde de la esperanza,<br />El rojo de la pasión.<br /><br /><em>El canto del tarefero,<br />Tiene el sabor de la vida:<br />Amargo como la muerte,<br />El dolor y la partida;<br />Dulce como la mujer<br />Aquella que no se olvida<br /></em><br />El mate, en el corazón,<br />Te dibuja una bandera,<br />Te pone una cruz al pecho,<br />Es pueblo y es primavera.<br /><br />En los hondos yerbatales<br />El tarefero nos grita.<br />La verde patria que amamos<br />Se bebe y se multiplica.</div><div align="left"></div><div align="left"></div><div align="left"></div><div align="left"></div><div align="left"></div><div align="left"></div><div align="left"><br />ElQuique</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-66704485196767843852010-08-28T12:15:00.002-03:002010-11-27T08:09:16.061-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (IX): Pedro Eugenio AramburuNo los redime, no los disculpa, no los mejora; pero a veces también los malos saben morir.<br /><br />Pedro Eugenio Aramburu –nadie lo ignora- se alzó contra la democracia en nombre de la democracia. Invocando las libertades personales, mandó a torturar y a asesinar. Proscribió y persiguió al peronismo y prohibió incluso que se lo mencione, todo para mayor gloria de la libertad. Al ejercicio sistemático del crimen y la maldad, su régimen añadió una hipocresía inagotable.<br /><br />Con él se inauguró en la Argentina el terrorismo de estado. Con él se inició el proceso que convertiría al brazo armado de la patria en una abominable policía terrorista. Fueron sus infaustas decisiones las que empujaron a miles a la violencia política y las que –en definitiva- determinaron su muerte por el hierro como avisa la Escritura (Mateo 26,52).<br /><br />Una mañana nublada y ominosa, un grupo de jóvenes disfrazados lo capturó en su casa y lo llevó a una estancia perdida en la pampa. Nadie los conocía todavía, pero se harían famosos con un nombre que enraizaba en las tradiciones de lanza, tacuara y barbarie federal. Lo sometieron a un juicio indudablemente simbólico, porque los crímenes de Aramburu eran notorios y evidentes, pero lo dejaron hablar y lo trataron con respeto.<br /><br />El jefe del grupo –un joven de 23 años llamado Fernando Abal Medina- le comunicó al viejo general –que jamás había dado una orden legítima- que había sido condenado a morir fusilado. El prisionero pidió un confesor (que le fue negado) aunque nada nos hace suponer que estuviese arrepentido. Pidió también que le ataran los cordones de sus botas.<br /><br />Lo llevaron a un sótano oscuro. Fernando Abal Medina le apuntó al pecho y lo miró a los ojos.<br /><br />-General –le dijo-, voy a proceder.<br /><br />El general no se inmutó. No flaqueó, no lloró, no suplicó por su vida. Se mantuvo firme y adoptó la estatura de un verdadero soldado y –por primera vez en su vida- dictó una orden militar legítima, adecuada y precisa:<br /><br />-Proceda.<br /><br />Al día siguiente, una proclama decía “<span style="FONT-STYLE: italic">que Dios, Nuestro Señor, se apiade de su alma</span>”.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-14670951872000421082010-08-22T10:23:00.003-03:002010-11-27T08:10:37.961-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (VIII): El hombre de palabraSe sabe: los mexicanos son hombres de palabra.<br /><br />La anécdota se publicó por primera vez en un diario de Paris en 1917. La relató como verdadera José García, jefe del ejército federal que sería más tarde –él también- fusilado en Querétaro. No sé si ustedes creerán en su veracidad, pero yo sí.<br /><br />Los hechos sucedieron después de una batalla importante –pongámosle Torreón, Zacatecas, alguna de ésas-; los nombres de los protagonistas se han perdido. Terminada la batalla, una partida villista capturó a un jefe constitucionalista y –como es natural en estos casos- se dispuso a fusilarlo.<br /><br />Cuando llevaron al reo ante el jefe vencedor, éste advirtió que se trataba de un viejo amigo y compadre. No podía dejarlo libre así porque sí, pero decidió de inmediato salvarle la vida.<br /><br />-Compadre –le dijo-, usté sabe que mis órdenes son estrictas. Lo tengo que afusilar.<br /><br />-No se preocupe -contestó el reo-, yo hubiese hecho lo mismo con usté.<br /><br />- Bueno, mire, ahorita mismo tengo la tropa cansada. Le concedo un día. Vaya hasta el pueblo y dése la gran vida. Vuelva mañana puntual a las nueve.<br /><br />-Le doy mi palabra –dijo el prisionero y se alejó caminando sin ninguna custodia.<br /><br />Un día era una ventaja suficiente para alejarse de la zona, para huir hacia el norte, para llegar al río Bravo. Al día siguiente, a las nueve, el jefe vencedor hizo formar al pelotón; pero el reo no venía. A las nueve y media, seguía sin aparecer y los soldados continuaban formados, rígidos. A las diez empezaron a cansarse. Sin abandonar su posición firme, se balanceaban apoyándose en un pie y luego en otro. A las diez y media, el prisionero apareció. Los mexicanos son hombres de palabra, pero carecen del más mínimo sentido de la puntualidad.<br /><br />-Lo estábamos esperando para empezar. Si me hace el favor de pararse junto a aquel árbol...<br /><br />-Cómo no, compadre –contestó el reo, pero primero le dio la mano a cada uno de los soldados del pelotón.<br /><br />Doce disparos le impactaron en el pecho y rodó sin inmutarse.<br /><br />ElQuiqueUnknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-71632825117540862262010-08-03T22:10:00.002-03:002010-11-27T08:11:05.978-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (VII): Mata Hari“<span style="FONT-STYLE: italic">Mi madre, gloriosa bayadera del templo de Kanda Swany, murió a los catorce años, el día de mi nacimiento. Los sacerdotes me adoptaron y me pusieron Mata-Hari, que quiere decir `pupila de la aurora</span>’.” Así se presentaba en los teatros, pero en realidad se llamaba Margaretha Geertruida Zelle y era holandesa.<br /><br />Comenzó su carrera de seductora muy temprano. A los 15 años había enamorado al director de su escuela hasta el ridículo. El hombre, a quien es lícito –y acaso inevitable- imaginarlo con panza y pelada, se arrastraba suplicando sus favores y recitaba en su honor los poemas más cursis que jamás se hayan escrito.<br /><br />Decía que le gustaban los militares, que prefería acostarse con cualquier cabo antes que con el dueño de un banco, pero en la práctica no hacía tantas distinciones. Se casó a los dieciocho con un coronel del ejército holandés veinte años mayor que había publicado un aviso clasificado buscando novia y que la llevó a vivir a Indonesia. El matrimonio duró poco.<br /><br />Un buen día llegó a Paris e hizo circular el rumor de que había llegado una princesa hindú. Así comenzó su carrera de bailarina, aunque dicen que bailaba mal, que su verdadero talento era la forma que tenía de desvestirse lentamente. Algo que algunos años después se llamaría streep-tease.<br /><br />El baile y los espectáculos le dieron fama, pero no mucho dinero. Mata Hari encontró entonces lo que todos deseamos: ganar dinero haciendo lo que nos gusta. Algunos pagaban mucho; otros, no tanto. Por su cama pasaban políticos, empresarios, banqueros, artistas, intelectuales y algunas mujeres. Pero la perdían los soldados.<br /><br />El inicio de la Gran Guerra la encontró en Berlín, pero ella siguió viajando por toda Europa. Un general prusiano, de los que pagaban bien, la contrató como espía. Un mariscal francés le propuso, entre las sábanas, el mismo trato. Mata Hari fue desde entonces doble agente, pero todos dicen que era mucho mejor puta que espía. Estaba enamorada de un sargento ruso, veinte años menor, prisionero.<br /><br />La descubrieron en Paris y la condenaron a muerte. Las pruebas eran pocas o ninguna. Probablemente hayan querido castigar su vida disipada y alegre en un momento en que los franceses morían en cantidades en las trincheras.<br /><br />Se presentó ante el pelotón con un tapado de piel y rehusó la venda. Cuando los rifles se levantaron y apuntaron, cuando el capitán alzó su espada para marcar el momento de la descarga, Mata Hari hizo lo que mejor sabía hacer: lentamente descubrió sus hombros y, poco a poco, fue dejando caer el tapado hasta mostrar su magnífica desnudez de hembra caliente. Para que los soldados disparasen, hubo que vendarles los ojos.<br /><br />ElQuiqueUnknownnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-68847683580850999102010-05-29T13:02:00.001-03:002010-11-27T08:12:20.851-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (VI): Santiago de LiniersHoy un fusilamiento bicentenario ejemplar, porque es lindo saber que nadie quiere fusilarte.<br /><br />Santiago de Liniers era francés por nacimiento y español por voluntad, pero todas sus lindezas las hizo en la tierra que luego se llamaría argentina. Como oficial de marina de la Real Armada había estado en estos pagos en épocas en que Cevallos macheteaba a los portugueses y reconquistaba la Colonia del Sacramento (en esas lides peló también un coronel de mi apellido), pero después volvió a España y participó en la toma de Menorca y en el sitio a Gibraltar.<br /><br />Volvió al Río de la Plata en 1788 y sólo abandonó la patria hecho –literalmente- cenizas. En 1803 lo nombraron gobernador de Misiones, pero en el seis ya estaba en la Ensenada de Barragán cuando llegaron los ingleses.<br /><br />La historia es conocida: junto a otros patriotas, Liniers fue protagonista indiscutido de la reconquista en el seis y de la defensa en el siete. Dos veces derrotó a los ingleses –nuestros eternos e inmutables enemigos- comandando a esas milicias populares que serían luego decisivas en la revolución de mayo. En premio a sus afanes, un cabildo abierto depuso a Sobremonte en 1807 y lo nombró Virrey. Era un desacato contra la autoridad del monarca, pero la cosa no pasó a mayores porque el Rey lo dejó pasar.<br /><br />Popular, carismático y mujeriego, su gobierno gozaba de la estima mayoritaria del pueblo, aunque dicen que se mandó unas cuantas macanas y los españoles más españoles no lo querían por francés. En 1809, Álzaga y Moreno (sí, sí, Álzaga y Moreno juntos) quisieron derrocarlo, pero los patricios de Saavedra lo sostuvieron. Poco después, el gobierno español mandó al sordo Cisneros en su reemplazo.<br /><br />Los españoles siempre habían sospechado que Liniers era un traidor en potencia y es cierto que había coqueteado un poco con Carlota y un poco con Napoleón; pero cuando estalló la revolución de mayo, inexplicablemente Liniers se puso del lado de los malos. Junto al gobernador de Córdoba, Gutiérrez de la Concha (sepan disculpar las damas), reunió un ejército de mil quinientos hombres para atacar Buenos Aires y reprimir la revolución, pero cuando llegó a Córdoba la expedición “auxiliadora” porteña, sus hombres se dispersaron y Liniers fue tomado prisionero.<br /><br />La Junta ordenó que lo fusilen. Se suele culpar –quizás con razón- a Moreno por esa decisión infausta, pero lo cierto es que todos los miembros de la Junta –a excepción de Alberti- firmaron la orden.<br /><br />Algunas órdenes son difíciles de dar, pero mucho más difíciles de cumplir. Es cierto que la Junta estaba en una situación de debilidad y debía mostrarse fuerte. Es cierto que de no hacerlo, la revolución quizás hubiese fracasado como había fracasado la sublevación del Alto Perú el año anterior. Es cierto, también, que si Liniers hubiese triunfado los hubiera fusilado a todos uno por uno. Así y todo, yo soy de los que creen que a los héroes populares no se los fusila, aunque tomen luego un camino equivocado.<br /><br />Lo mismo pensaban los jefes militares de la expedición revolucionaria. Chiclana, Vieytes, González Balcarce, finalmente también Ortiz de Ocampo, todos se negaron a cumplir la orden. Decidieron llevar al prisionero a Buenos Aires, para que lo fusilen allá si querían. Los miembros de la Junta se alarmaron: Liniers en Buenos Aires podía despertar muchas simpatías populares peligrosas y –rápidos de reflejos- enviaron a Castelli y a French para que los parasen en el camino.<br /><br />Los interceptaron en el Tigre y, viendo que los oficiales seguían negándose a cumplir la orden, Castelli tomó para sí la responsabilidad de ajusticiar al prisionero, pero así y todo, los problemas continuaron: todos los soldados se fueron negando uno a uno a integrar el pelotón. Finalmente un pequeño grupo de soldados británicos –sus antiguos enemigos- dispararon sobre el cuerpo del héroe de las invasiones inglesas; pero tampoco ellos quisieron darle el tiro de gracia y tuvo que hacerlo French en persona.<br /><br />Fue enterrado de apuro en una zanja y allí, en una tumba sin nombre, estuvieron sus restos hasta que el presidente Derqui los exhumó y los trasladó a Paraná. Hoy sus cenizas descansan en Cádiz, muy lejos de la ciudad que amó y defendió en los momentos centrales de su vida.Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-50714413343261911282010-05-24T09:52:00.004-03:002010-05-24T11:11:51.376-03:00Las provincias festejan los doscientos años de la revolución de Buenos AiresTodos festejamos los doscientos años de la revolución de Buenos Aires... menos los porteños. No entienden, definitivamente no entienden y se sienten invadidos. No entienden el festejo los contras como <a href="http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0471/articulo.php?art=21830&ed=0471">Pepe Eliaschev </a>(perfil del domingo, lean la nota porque destila prteñismo gorila y exclusivista del duro); pero tampoco lo entienden los porteños progres (¡un periodista del <a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/146261-46949-2010-05-24.html">página</a> le preguntó a un gaucho si estaba disfrazado!)<br /><br />Como toda fiesta popular, la del Bicentenario es maravillosa por donde se la mire, hermosa de verdad, repleta de significados y contradicciones. Una de esas contradicciones deliciosas es ésta: la fiesta se hace en el obelisco, desborda todo el centro de la ciudad que desde hace doscientos años rige y dirige los destinos de la patria; pero los artistas que la animan son casi todos provincianos y el público es definitiva y masivamente conurbano (es decir, provincianos extrañados en Buenos Aires).<br /><br />Los porteños autonomistas -los de Alsina, los de Macri, los de Pino- se sienten invadidos y se asustan. Se indignan por el tránsito, por el pastito de las plazoletas pisoteado, prefieren las galas del Colón y el cafecito en el bar London.<br /><br />Buenos Aires, la ciudad del nombre más hermoso, nuestra hermana mayor -mal que nos pese-, el objeto de nuestro provinciano rencor y nuestro orgullo, la que -como dice mi amigo Matías- nos asusta cuando vamos solos y se asusta cuando vamos todos juntos; decidió hace doscientos años inventar un pais. Tuvo que mandar expediciones armadas para convencer a las provincias y, cuando éstas se sumaron, tuvo que mandar expediciones militares para que tampoco se lo tomen tan en serio.<br /><br />Las provincias inventaron el federalismo para oponerse a Buenos Aires, pero después Buenos Aires se hizo federal y la liga unitaria fue... ¡del interior!<br /><br />Buenos Aires inventó el mito del crisol de razas, de la inmigración europea; pero ahora en la nueve de julio cada morocho conurbano baila la música de su provincia de origen (aunque cuente ya tres generaciones en González Catán o Varela). Y ahí estamos los misioneros escuchando bajo la luvia al Gringo Barreto y vivando a una provincia en la que hace años no vivimos.<br /><br />Y así estamos desde hace doscientos años. Buenos aires y las provincias. Esa contradicción hermosa, esa relación dialéctica de amor y de odio, es también fundante de nuestra identidad. Por eso es tan lindo -cada tanto- atar los caballos en la pirámide de mayo, mojar las patas en las fuentes de la plaza, pisotearles los canteros de la nueve de julio.<br /><br />¡Viva Buenos Aires! ¡Vivan todas y cada una de las provincias! ¡Viva la patria que amamos!Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-75818309088886058432010-05-15T11:45:00.002-03:002010-11-27T08:13:24.632-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (V): MaximilianoÉste es un fusilamiento ejemplar porque nos da un ejemplo de todo lo que <span style="FONT-STYLE: italic; FONT-WEIGHT: bold">no </span>debe hacer un fusilando. Señor, señora: si está usted por ser fusilado, evite por todos los medios imitar a Maximiliano.<br /><br />Los franceses –no sé por qué- tienen buena prensa en ámbitos progresistas e incluso antiimperialistas. Lo cierto es que si tuvieron menos éxito en sus aventuras coloniales que españoles, portugueses, ingleses y norteamericanos, no fue por falta de voluntad sino por mera ineficacia.<br /><br />En 1861 Benito Juárez, el primer presidente indígena de América, declaró la suspensión de los pagos de la deuda externa, anticipándose por muchos años a la doctrina Drago y a la valiente decisión argentina de 2002. La respuesta francesa fue sencilla: la invasión de México y el derrocamiento del gobierno.<br /><br />Derrocado Juárez, había que buscar alguien que gobierne (y pague la deuda, claro) y ¿qué mejor que colocar en el trono de Moctezuma un emperador? Napoleón III encontró en Europa a un muchacho indolente y despreocupado, probablemente afeminado, de indudable sangre real pero fuera de toda línea sucesoria, que se aburría en su enorme palacio de Trieste. Se llamaba Ferdinand Maximilian Josef von Habsburg-Lothringen y, desde entonces, pasó a llamarse Maximiliano I, Emperador de México.<br /><br />Dicen que Maximiliano, aunque estaba apoyado por los conservadores y las tropas francesas, intentó llevar adelante un gobierno abierto, moderno y progresista; pero todos sabemos que esos cuentos de reyes democráticos son pura mentira.<br /><br />Por fin, las guerrillas de Benito Juárez derrotaron a los franceses invasores en Querétaro y capturaron a Maximiliano y a sus generales Miramón y Mejía y los condenaron a ser pasados por las armas en el Cerro de las Campanas.<br /><br />Unas horas antes de ser fusilado, Maximiliano le preguntó al general Miramón:<br /><br />-General, ¿cómo deberíamos ir vestidos al fusilamiento?<br /><br />-No lo sé, Majestad –contestó Miramón-, es la primera vez que me fusilan.<br /><br />Se encaminó a la muerte vestido de rigurosa etiqueta y –fiel a su idea de que el dinero todo lo compra- le dio una moneda de oro a cada uno de los soldados del pelotón para que no le disparasen en la cara y así su madre pudiera reconocer el cadáver.<br /><br />Todas las balas le dieron en el rostro. Hubo que desarmar una imagen de la Virgen de Guadalupe para poner ojos de cera en las cuencas vacías de esa cara destrozada.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-57049963455650808342010-04-11T08:33:00.003-03:002010-11-27T08:13:46.816-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (IV): Miguel GilaOtra forma ejemplar de ser fusilado –bastante menos heroica, pero mucho más provechosa- es sobrevivir. No voy a contar aquí la conocidísima historia del Coronel Aureliano Buendía, porque en ese caso los soldados del pelotón no llegaron a disparar, así que no vale. Veamos mejor un hecho verídico.<br /><br />Miguel Gila nació en Madrid, en 1919. A los 17 años lo sorprendió la guerra civil y –militante de las Juventudes Socialistas- se alistó en el Quinto Regimiento de Lister. Combatió en Sigüenza, Somosierra, Madrid, Guadalajara y el Ebro. En el diminuto pueblo de Valsequillo –Córdoba- fue tomado prisionero y sentenciado a muerte.<br /><br />Iban a ejecutarlo al mediodía, pero justo era el día del santo del pueblo y había fiesta, así que postergaron el fusilamiento para la tarde. Ustedes saben cómo son las fiestas populares en los pueblos de España. El hecho es que el pelotón recién estuvo listo y preparado cuando anochecía y todos sus miembros estaban borrachos. Había empezado a lloviznar.<br /><br />No sé si fue la oscuridad, la llovizna, el vino o las tres cosas. El hecho es que ninguno de los disparos acertó a Gila, quien se hizo el muerto igual con tanto éxito que ninguno de los soldados del pelotón se tomó el trabajo de darle el tiro de gracia.<br /><br />Así se salvó Gila y, desde entonces, dedicó su vida al humor gráfico y, especialmente, a reírse de la guerra y los fusilamientos. Vivió en Buenos Aires mucho tiempo y finalmente murió en el 2001, a los 82 años de edad. De viejito.<br /><br />Uno de sus mejores chistes sobre el tema mostraba a un hombre que le faltaba una pierna y que explicaba “<span style="FONT-STYLE: italic">yo no soy cojo, el problema es que me han fusilado mal</span>”.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4stmp99Oe6eJaXZoAEpeSr_Enq4Ld7ZE6pz-rzJUkW1QLo06GqB0KOx2ZnwAgKfjglHafkJyc64kq9I1km5JPDNlCj96qyyIjNf5Diu-PaKNSaA6zbFZOFaWjhrNgQAy9BEM/s1600/gila-07.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 335px; DISPLAY: block; HEIGHT: 400px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5458842151844080066" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4stmp99Oe6eJaXZoAEpeSr_Enq4Ld7ZE6pz-rzJUkW1QLo06GqB0KOx2ZnwAgKfjglHafkJyc64kq9I1km5JPDNlCj96qyyIjNf5Diu-PaKNSaA6zbFZOFaWjhrNgQAy9BEM/s400/gila-07.jpg" /></a>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-41309035084093626852010-04-10T21:33:00.002-03:002010-11-27T08:14:01.600-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (III): El reo de LugonesSe trata, en este caso, de un fusilamiento literario, aunque algunos dicen que la historia sucedió de verdad y lo cierto es que es tan extraordinaria que hasta podría ser verdadera. La cuenta Lugones en los “<span style="FONT-STYLE: italic">Romances del Río Seco</span>”.<br /><br />En nuestras guerras civiles del siglo diecinueve, nadie se andaba con muchos remilgos a la hora de fusilar prisioneros enemigos y se usaba mucho cortar cabezas y airearlas en picas. Pero ese impulso homicida se desinflaba un poco cuando llegaba la hora de ajusticiar a los desertores de la tropa propia. La explicación es sencilla: en nuestras crueles provincias no abundaba la gente y era un verdadero desperdicio andar ultimando a quienes aun podían combatir.<br /><br />No digo que se les perdonara la vida, no; porque algún castigo debía haber (y sólo la pena capital es suficientemente amenazadora para hombres habituados a la batalla y al degüello), pero se habían inventado divertidas maneras de combinar el castigo y el perdón.<br /><br />La mejor, y la más habitual, era la "<span style="FONT-STYLE: italic">quintada"</span>, procedimiento que consistía en colocar a todos los desertores en fila y numerarlos al azar (generalmente quien los numeraba tenía vendados los ojos). Acto seguido, se fusilaba a los que les había tocado el número cinco. Eso funcionaba como un escarmiento ejemplificador, pero también permitía reciclar a la mayoría de los desertores.<br /><br />Había también otros procedimientos perdonadores. Entre ellos, una tradición que indicaba que el desertor sentenciado a muerte salvaba su vida si alguna mujer estaba dispuesta a casarse con él.<br /><br />La historia sucedió luego de la batalla de Quebracho Herrado y el reo era un desertor de las tropas federales de Oribe. La noche previa a su ejecución le ofrecieron un último deseo y el prisionero pidió una guitarra y cantó toda la noche y bailó incluso con la mujer del sargento. Al día siguiente, parado frente al pelotón de fusilamiento con los ojos vendados, escuchó una voz de mujer que decía que no lo maten, que estaba dispuesta a casarse con el prisionero. El final, nos lo cuenta Lugones:<br /><br /><span style="FONT-STYLE: italic">Con lo cual bien los asombra</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">cuando ruega muy entero,</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">que los ojos le desaten</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">porque quiere ver primero.</span><br /><br /><span style="FONT-STYLE: italic">Y en cuanto echa su vistazo,</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">“no me conviene la prenda”</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">dice con resolución,</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">y vuelve a pedir la venda.</span><br /><br /><span style="FONT-STYLE: italic">No sé que creerán ustedes,</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">mas yo tengo para mí,</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">que merece algún respeto</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">quien sabe morir así.</span>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-29882665830951682512010-04-09T16:47:00.002-03:002010-11-27T08:14:18.604-03:00Modos ejemplares de ser fusilado (II): HatueyNo se trata en este caso estrictamente de un fusilamiento, porque –entre otras cosas- todavía no se habían inventado los fusiles. La historia sucedió en los primeros tiempos de la conquista de América, antes incluso de que Moctezuma y Atahualpa capitularan.<br /><br />Se sabe que los españoles comenzaron por las islas. La primera, Haití –que los conquistadores llamaron la Española-, estaba habitada por los taínos, que fueron rápidamente masacrados. Algunos lograron escapar a Cuba. Entre ellos, Hatuey, que enseguida se puso a organizar la resistencia.<br /><br />Como primera medida, aconsejaba deshacerse del oro. Según Bartolomé de las Casas, recorría la isla de Cuba con una canasta llena de objetos de oro pregonando: "Este es el Dios que los españoles adoran. Por estos pelean y matan; por estos es que nos persiguen y es por ello que tenemos que tirarlos al mar... Nos dicen que adoran a un Dios de paz e igualdad, pero usurpan nuestras tierras y nos hacen sus esclavos. Ellos nos hablan de un alma inmortal y de sus recompensas y castigos eternos, pero roban nuestras pertenencias, seducen a nuestras mujeres, violan a nuestras hijas. Incapaces de igualarnos en valor, estos cobardes se cubren con hierro que nuestras armas no pueden romper."<br /><br />Hatuey logró reunir un pequeño ejército en Cuba, armado con hondas, arcos y flechas, pero pronto fue apresado y conducido a la hoguera. Amarrado en el cadalso, mientras los verdugos apilaban la leña verde (para que el fuego fuese más lento y el suplicio más doloroso), se le acercó un joven fraile franciscano que comenzó a hablarle con dulzura de la religión del perdón y de los lirios del campo. Hatuey lo escuchaba apenas interesado, pero cuando el fraile lo invitó a convertirse, preguntó qué beneficio obtendría por hacerlo.<br /><br />El religioso le habló entonces del paraíso, un hermoso lugar en el que su alma viviría para siempre. Agregó también que, si se convertía, evitaría la hoguera y sería ejecutado rápidamente en la horca. A Hatuey pareció interesarle la propuesta, pero dudaba. Al fin, preguntó:<br /><br />-En el paraíso, ¿hay españoles?<br /><br />El fraile respondió que sí, que claro, que España era la nación más cristiana del mundo y que, por eso, el paraíso estaba repleto de españoles virtuosos. Hatuey no dudó más:<br /><br />-Prefiero la leña verde.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-46543973687088138362010-04-08T19:43:00.002-03:002010-11-27T08:12:54.643-03:00Modos ejemplares de ser fusilado: Felipe ÁngelesLas fotos lo muestran mexicano, militar y con bigote. Felipe Ángeles fue uno de los pocos oficiales profesionales del ejército de Porfirio Díaz que se plegó de inmediato a la revolución y no la abandonó hasta su muerte.<br /><br />Después del porfiriato, la revolución pasó a ser un estallido un tanto caótico en el que resultaba difícil distinguir a los buenos y a los malos (el único malo inconfundiblemente malo fue Huerta). Por eso, no es de extrañar que Villa y Zapata estuvieran en varias oportunidades enfrentados uno al otro.<br /><br />Ángeles se embarró bien embarrado en la política revolucionaria. Fiel a Francisco Madero, combatió a Zapata en Morelos, pero algunos años después consiguió el ingreso de Zapata a la Convención Nacional. A las órdenes de Venustiano Carranza, enfrentó a Villa en el norte, pero luego se pasó de bando y comandó la artillería villista en las batallas de Torreón y Zacatecas y encabezó la vanguardia que tomó Ciudad de México. Después volvió a enfrentarse a Villa.<br /><br />Había nacido en el Estado de Hidalgo a fines del siglo diecinueve. Nadie duda de que era valiente.<br /><br />En 1918 intentó liderar una revuelta contra Carranza, pero fue derrotado y tomado prisionero. De inmediato –como es usual en estos casos- se iniciaron los preparativos para que sea juzgado, condenado y fusilado. Hubo, sin embargo, dos complicaciones de importancia.<br /><br />Primero fue la viuda de Francisco Madero –aquel mítico y primer presidente constitucionalista que encabezó la revolución contra Porfirio Díaz-, que envió una carta pública al Congreso pidiendo por la vida del prisionero. Argumentaba apasionadamente sobre los servicios que Ángeles había prestado a la revolución en su primer momento, los que lo hacían merecedor –al menos- de la conmutación de la pena capital por la de prisión.<br /><br />El recuerdo de Madero era impactante, sobre todo para Carranza que presumía de ser su continuador. Además, los miembros del consejo de guerra podían ser implacables y crueles, sanguinarios incluso, pero -mexicanos al fin- se conmovían inevitablemente con el llanto de una mujer.<br /><br />El segundo problema fue todavía más problemático. El presidente de los Estados Unidos de América envió también su nota al Congreso pidiendo que se perdone la vida al prisionero. A ningún mexicano lo conmueven los pedidos de un presidente gringo, pero nadie come vidrio tampoco.<br /><br />Así estaban atribulados los miembros del consejo de guerra –y los diputados del congreso nacional- dudando en si debían cumplir con su deber y fusilar al reo como Dios manda; cuando Felipe Ángeles pidió que se lo escuchara.<br /><br />Ahí les dijo bien clarito: que si lo tenían que fusilar, lo fusilen; que no sean cagones y que no se dejen correr por una vieja y un gringo.<br /><br />Murió fusilado en Chihuahua, el 26 de noviembre de 1919. Los corridos mexicanos ponen estas últimas palabras en su boca: “apúntenme al corazón / no me demuestren tristeza / a los hombres como yo / no se les da en la cabeza”Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-43175645029694417682010-01-06T15:16:00.002-03:002017-12-24T07:11:00.829-03:00Día de ReyesHoy festejamos la llegada de los reyes magos, que es también una forma de festejar la navidad. Según el relato bíblico y la tradición repetida en miles de pesebres, los reyes llegaron el día del nacimiento de Jesús. ¿Por qué entonces recordamos su llegada doce días después de la navidad? ¿No era que Jesús, José y María se tuvieron que rajar rápido de Belén para evitar que Herodes los mate?<br />
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Bueno, según dicen se trata de un arreglo de compromiso. Hubo una época en la que el obispo de Roma y el de Bizancio encontraban cualquier excusa para excomulgarse mutuamente y hacerse la guerra. Una de ellas era la fecha del nacimiento de Jesús. Los romanos la fechaban el 25 de diciembre y, de paso, la hacían coincidir con el día de la muerte del sol invictus. Los bizantinos, el 6 de enero (los ortodoxos rusos, que nunca entraron por el aro, la siguen festejando el 6 de enero). Hasta que llegaron por fin a un compromiso que supervive hasta hoy. Navidad, el 25 de diciembre; Reyes, el 6 de enero.<br />
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Pero el mito de los reyes magos parece más influido por las locas y soñadoras ideas de la iglesia de Alejandría (no sólo por aquello de la magia y la astrología), que por Roma o Bizancio.<br />
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La única referencia a los reyes que existe en los evangelios canónicos es un breve pasaje del evangelio de Mateo (2, 1-12) que los llama "magos de Oriente" (las Biblias protestantes y las católicas ecuménicas traducen "sabios de Oriente") pero que no indica cuántos eran. En cambio, en los evangelios apócrifos (especialmente el del Falso Mateo y, sobre todo, el Evangelio Árabe de la Infancia que es el único que dice que eran reyes, que eran tres y que venían de Persia) se narra la visita con más detalle.<br />
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Mucho después, distintas tradiciones fueron perfeccionando el mito. Prevaleció el número de 3 (aunque los ortodoxos rusos creen que eran 12 y una tradición católica germana los prefirió 64, lo cual parece un exceso), se los dotó de estatus real y hasta se les reconoció nombre, raza y edad.<br />
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En la península ibérica y en los países latinoamericanos se hizo común la hermosa costumbre de que los niños dejan su zapato la noche del cinco de enero junto con pasto y agua para los camellos y que los reyes les dejan allí un regalo.<br />
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Ahora esa costumbre está decayendo por culpa del un viejo gordo anglosajón ridículo que vive en el ¡polo norte!, se viste con los colores de la coca-cola y cuya relación con la navidad es incomprensible (no deja de sorprenderme que los angloprotestantes, a fuerza de querer purificar la navidad y despojarla de santos, vírgenes, reyes magos y otras cosas ligeramente idolátricas y politeístas, terminaron por desacralizarla por completo, por convertirla en un evento meramente comercial).<br />
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El ritual de los regalos de reyes es bien latinoamericano (Lima es <span style="font-style: italic;">la ciudad de los reyes</span>, por ellos; San Baltasar es el santo de los negros correntinos) y encierra un hermoso simbolismo. Negros, blancos y marrones representados en Baltasar, Gaspar y Melchor. Tres reyes que se arrodillan para adorar a un niño (los únicos privilegiados) y los zapatos y los regalos de cada 6 de enero para recordarnos que en cada uno de nosotros habita una secreta porción de divinidad.<br />
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Digo yo: ¿podríamos evitar que esa hermosa costumbre repleta de significados desaparezca desplazada por los papa noeles apátridas?<br />
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Es una tarea de supervivencia, de biodiversidad cultural, si se quiere. Debería encararla el Estado. Crear -qué se yo- un Ministerio o una Subsecretaría de los Reyes Magos que se encargue de recibir las cartas, de conseguir los regalos, de repartirlos. De ese modo, el asunto sería general y para todos, como debe ser. Socialismo reyesmaguístico. Así todos los niños de la patria (o del continente) tendrían su regalo de reyes, tan o más universal que la asignación por hijo.<br />
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No es imposible, porque alguna vez se hizo a través de la Fundación Eva Perón.Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-29735386587359128132009-12-20T10:14:00.002-03:002009-12-20T10:19:33.802-03:00GenealogíasComo muchísimos argentinos de Buenos Aires, desciendo –por parte de padre- de italianos, lo que me incapacita por completo para la guerra e incluso para la valentía, pero a cambio me facilita el sabor elemental del agua y del vino.<br /><br />Dos de mis bisabuelos, apellidados <span style="font-style: italic;">Carlsson </span>y <span style="font-style: italic;">Hedman</span>, eran de la dura estirpe escandinava. Raza de guerreros y navegantes con un curioso destino melancólico: todas sus proezas fueron vanas. Los vikings inventaron la poesía épica antes que los franceses, saquearon Constantinopla antes que los turcos y descubrieron América antes que los españoles, pero todas esas hazañas carecieron de consecuencias y debieron ser hechas nuevamente después.<br /><br />También hay algo de sangre española en mi sangre, roja efusión de ese pedazo árabe del África adherido por un extraño albur a Europa, del que provienen la lengua castellana y la hermosa amistad de un hidalgo y su escudero.<br /><br />Las noches y los días de Israel me llegan –sospecho- de mi bisabuelo David, que –aunque profesaba la fe de Cristo en la versión de Lutero- llamó a sus hijas Esther Lilith y Judith.<br /><br />Todos mis tatarabuelos me son desconocidos. En casi todos los casos eso se debe a la mera ignorancia de nombres y circunstancias, pero hay uno del que sé que era desconocido. Mi tatarabuela Querubina Gil Navarro parió tres hijos de autor ignorado. Ese pequeño misterio familiar me permite agregar –sin que sea completamente una mentira- alguna imaginaria estirpe más a la ya copiosa lista, quizás la menos verdadera pero sí la más deseada. Elijo entonces pensar que tengo un poco de origen guaraní, que retumba sonoro en la palabra <span style="font-style: italic;">che </span>y en la costumbre del mate compartido.<br /><br />Mi hija Juana –a quien ayer bautizamos incluyéndola en una tradición que preside la conciencia de media humanidad desde hace ya dos mil años- hereda esta inútil genealogía mitológica.<br /><br />También recibe –a causa de la madre- la tozudez cavernícola de los vaskos y la sangre original y heroica de los tehuelches, valientes señores de la tierra que no se sometieron a la cruz y al progreso, que resistieron hasta el último hombre.<br /><br />A Juana le legamos estas cosas sin que concurra el más mínimo concurso de su voluntad y sin que le reporten utilidad alguna. En cambio, le damos también un idioma, una nacionalidad, una religión y un nombre, para que los use.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-44920061488494854032009-10-16T07:58:00.002-03:002009-10-16T08:38:33.664-03:00Italianadas<p>No van a pasar muchas horas antes de que mi amigo Ernesto me llame para cargarme.</p><p>Ya he contado en <a href="http://elquique.blogspot.com/2009/01/mi-amigo-ernesto-y-la-sequa.html">otras oportunidades</a> que mi amigo Ernesto padece el feo defecto de descender de alemanes, defecto que él intenta -en vano- disimular y que yo le recuerdo cada vez que tengo oportunidad.</p><p>Ernesto suele defenderse recordando que mi apellido es irremediablemente italiano y que los italianos son famosos por aliarse al bando equivocado y rendirse en todas las guerras y que su única invención perdurable son la mafia y la camorra.</p><p>Hoy <a href="http://www.clarin.com/diario/2009/10/16/elmundo/i-02019578.htm">leo en Clarín</a> que las tropas italianas en Afganistán coimeaban a los talibanes para que no los ataquen y ya escucho las risas teutónicas de mi amigo.</p><p>En mi defensa anticipada diré que -como todo el mundo sabe- Clarín miente y que la ascendencia se determina -ADN mitocondrial mediante- por la línea materna.</p>Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-2547564398243379562009-09-02T23:09:00.002-03:002009-09-02T23:24:59.936-03:00Otros razonamientos curiososComo mi hermana Mechi, el fraile Aldao -cura un poco excomulgado, mujeriego, borrachín, caudillo de montoneras y gobernador de Mendoza- razonaba en forma curiosa.<br /><br />Pensó Aldao: las doctrinas unitarias son evidentemente perversas y dañinas, sin embargo existen personas que las profesan. De ello pueden derivarse dos consecuencias: o esas personas son irremediablemente malas y desalmadas o tienen alteradas las facultades mentales.<br /><br />Como el fraile Aldao tenía buen corazón prefirió pensar lo último. Por eso dictó un decreto que los declaraba locos, dementes e insanos. Les prohibía testar, ser testigos en juicio y disponer de más de diez pesos sin conocimiento del jefe de policía.<br /><br />Sus detractores -especialmente Sarmiento en V<em>ida de Aldao</em>- usaron este decreto para demostrar hasta dónde podía llegar la barbarie federal. Sus defensores -José María Rosa, sobre todo- juzgan al decreto una genialidad: gracias a él en Mendoza no hubo tantos fusilamientos ni confiscaciones.<br /><br />Me tienen sin cuidado esas vanas polémicas históricas. Mi problema con la forma de razonar de Aldao es que -aunque busco- no le encuentro ninguna falla.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5710696.post-50294953958061255152009-09-01T08:45:00.002-03:002009-09-01T08:47:03.446-03:00Pero la puta que lo parió<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZMirdMCBFG_fh91hiNMOvu4DdGateMb-F1LfQ9LYncum0WeIGo3Tu0cBnru4C3iz_DvUJONoFWrmt5954DYAJPDBEP-o2g74Lv6ZMnEOx1AopJwVkFgAQ1D4Cacz_jN8keWc/s1600-h/1.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 400px; FLOAT: left; HEIGHT: 274px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5376464113911341762" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZMirdMCBFG_fh91hiNMOvu4DdGateMb-F1LfQ9LYncum0WeIGo3Tu0cBnru4C3iz_DvUJONoFWrmt5954DYAJPDBEP-o2g74Lv6ZMnEOx1AopJwVkFgAQ1D4Cacz_jN8keWc/s400/1.jpg" /></a><br /><div>Se murió <a href="http://www.youtube.com/watch?v=kYJcVkxuNYw&feature=PlayList&p=20ABD7E277A659DE&playnext=1&playnext_from=PL&index=17">alorsa</a>.</div><br /><div></div><br /><div></div>Unknownnoreply@blogger.com2