Entradas

Mostrando las entradas de septiembre, 2008

Borges y la matemática

La palabra Borges, que hoy se usa para designar eventos culturales, entregas de premios, calles y centros de estudios, alguna vez habrá servido (yo no existía y por eso no lo recuerdo) para nombrar a Borges. En aquella remota época, el nombre se usaría solo o –a lo sumo- antecedido del pronombre jorgeluis. Ahora es inevitable rodearlo de laberintos, bibliotecas, cuchilleros y nombres escandinavos. Cuando yo era muy chico, mi madre me sugirió (con la benevolencia y obligatoriedad que llevan implícitas las sugerencias maternales) la lectura de Borges. Creo que mi padre no aprobaba esa idea por vanas razones políticas y le hubiese gustado que a mi me gustaran los clásicos. A los tres años me abrumaba con Mozart en el tocadiscos y llegó a regalarme un ejemplar de la Ilíada, lo que me alejó para siempre de la música clásica y la literatura griega. A esa sugerencia materna (que nunca he agradecido suficientemente) debo la alegre compañía de la voz de Borges y el gusto por la literatura. Sobr

Semana del Chamamé

Creo que empieza hoy la semana del chamamé. Termina el 19 (día del paso a la inmortalidad de don Tránsito Cocomarola) en que todos festejaremos en el Luna Park junto a los alonsitos, ramona galarza, los de imaguaré, mario bofill y el Gran Tarragó Ros. Para ir calentando motores chamameceros modifiqué el post " La Tierra sin Mal " en el que digo mis pobres verdades sobre la música que más me gusta y le agregué unas cuantas canciones para ilustración y deleite espiritual. Unos amigos mexicanos estuvieron de visita en el blog y quieren publicar mi noticia chamamecera en una revista de allá, del límite norte de la patria. La alegría no es sólo brasilera. Les mando un abrazo. http://elquique.blogspot.com/2007/08/la-tierra-sin-mal.html PD: Apúrense a comprar las entradas para la fiesta del luna park, que ya casi no quedan.

Las mañas de Andresito

Después las llamaron “guerra de montoneras”, pero al principio se las conocía como “las mañas de Artigas”. Suele creerse que los principios de táctica militar de estas guerrillas eran inexistentes y es sabido que la expresión “montonera” alude a que –incultos e incivilizados- peleaban “en montón” y no conocían (o simplemente no usaban) las exquisiteces europeas de la doble línea o la formación en cuadro. Lo cierto que es que existía en estas tropas irregulares una táctica militar avanzada y distinta, que les permitió derrotar muchas veces a ejércitos visiblemente superiores dirigidos por científicos de la guerra y que hizo que siempre resurgieran hasta la definitiva derrota –y muerte- de Aparicio Saravia en Masoller cuando ya estaba bien empezado el siglo veinte. Lo cierto, también, es que algunas de estas tácticas -que se fueron refinando con el tiempo y la experiencia- (el uso que de la lanza hacía la caballería, por ejemplo) fueron después incorporadas por los ejércitos profesionale