Modos ejemplares de ser fusilado (IV): Miguel Gila

Otra forma ejemplar de ser fusilado –bastante menos heroica, pero mucho más provechosa- es sobrevivir. No voy a contar aquí la conocidísima historia del Coronel Aureliano Buendía, porque en ese caso los soldados del pelotón no llegaron a disparar, así que no vale. Veamos mejor un hecho verídico. Miguel Gila nació en Madrid, en 1919. A los 17 años lo sorprendió la guerra civil y –militante de las Juventudes Socialistas- se alistó en el Quinto Regimiento de Lister. Combatió en Sigüenza, Somosierra, Madrid, Guadalajara y el Ebro. En el diminuto pueblo de Valsequillo –Córdoba- fue tomado prisionero y sentenciado a muerte. Iban a ejecutarlo al mediodía, pero justo era el día del santo del pueblo y había fiesta, así que postergaron el fusilamiento para la tarde. Ustedes saben cómo son las fiestas populares en los pueblos de España. El hecho es que el pelotón recién estuvo listo y preparado cuando anochecía y todos sus miembros estaban borrachos. Había empezado a lloviznar. No sé si fue la os...